Un camino que hay que recorrer desde la más temprana edad, para así, transitar hacia una sociedad más sostenible y colaborativa.
Dr. Alexis Salas Burgos
Profesor Asociado
Universidad de Concepción
Director Nodo CTCI – Macrozona Centro Sur
La valorización del conocimiento generado en la academia, financiada casi exclusivamente por fondos públicos, es cuantificada por los artículos científicos y el número de citaciones, lo que habilita a revistas y editoriales en una posición de explotar esta condición. Este modelo está siendo repensado y en proceso de cambio, no sólo incluye la búsqueda de nuevas maneras de medir la Ciencia y su impacto, sino también involucra la transición a un modelo colaborativo.
Localmente esta premisa posee una serie de puntos a favor, como la discusión de modelos desde la transdisciplina y la comunicación científica a distintos públicos objetivos. Entonces, una primera definición de la Ciencia Abierta es la apertura de la investigación académica hacia otros investigadores y la sociedad en repositorios públicos de artículos científicos y material derivado de proyectos de investigación, para que los datos y conocimiento generado sean disponibles, accesibles, interoperables y reusables.
Acciones que son promovidas por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a través de los concursos InES Ciencia Abierta, para fortalecer estos repositorios y generar una valorización. Como complemento, desde el Nodo CTCI de la Macrozona Centro Sur junto a académicos universitarios, liderados por la UdeC, se trabaja en proyectos para acelerar el impacto territorial. La implementación de esta metodología colaborativa para levantar desafíos transversales al territorio y a los sectores, en conjunto con la ciencia, nos permite proponer una nueva definición de la Ciencia Abierta: como una herramienta de democratización de la ciencia hacia y desde la sociedad.
El objetivo es que gradualmente se evidencie la apropiación de conceptos de ciencia por la comunidad, la creación e identificación de canales formales de comunicación científica, la preparación de la comunidad para comprender estos conceptos, en donde científicos y divulgadores son claves para traducir este conocimiento a las distintas aplicaciones y realidades. Un camino que hay que recorrer desde la más temprana edad, para así, transitar hacia una sociedad más sostenible y colaborativa.