“Es válido preguntarnos ¿en qué fase de nuestra lucha por la independencia estamos? Cuándo nos cuestionaremos hasta qué punto prevalece nuestra soberanía”.
En momentos en que parecen desdibujarse las razones por la que elegimos septiembre como el mes más esperado del año, la invitación es a no olvidar que elegimos el 18 de septiembre para elogiar y rememorar nuestras victorias del pasado. Aquel anhelo que movilizó las conciencias de, los que antes que nosotros, lucharon por nuestra libertad, nuestra soberanía y nuestra independencia.
En los actos escolares, espacios culturales y artísticos, desfiles y hasta en ramadas y fondas, se expone como máxima figura a los símbolos que acompañaron en las batallas más heroicas de la historia chilena, pero qué poco se recuerda a Ramón Freire, Bernardo O’Higgins, Javiera Carrera, Manuel Rodríguez, Luisa Recabarren, José Miguel Carrera, y tantos otros que no aparecen en los libros, pero sin los cuales, no tendríamos 18 ni independencia ni chilenidad que agasajar.
El corazón campesino se alegra de que hoy nos atrevamos a bailar la cueca, aunque no seamos expertos; se goza con las apologías a las costumbres del campo, sin haber jamás preparado la tierra, sembrado una papa o cosechado trigo; se contenta con que nos pongamos ropa parecida a la suya, sin jamás haber ayudado a una yegua a parir o en los últimos tiempos verse obligado a elegir si se riega la siembra o se les da agua a los animales. Con esa misma hidalguía con que se alegra, reclama por su necesidad de ser reconocidos y valorados como soporte de la vida, de la soberanía y de la historia de la patria compartida, más allá de septiembre.
Es por ello que creo que es válido preguntarnos ¿en qué fase de nuestra lucha por la independencia estamos? Cuándo nos cuestionaremos, así como lo hicieron las madres y padres de la patria, hasta qué punto prevalece nuestra soberanía, si hemos permitido que se vendan nuestras riquezas a precio de huevo e importamos desde el otro rincón de la tierra, hasta las banderas que orgullosamente izamos en nuestras casas.
Estos días nos hacen mirar hacia atrás en busca del orgullo y la alegría, la épica que dio origen a lo que somos hoy, pero no debemos olvidar, que seguimos estando en medio de una larga reconquista, y con los pies y la memoria bien firmes, debemos abrir las alas a la nueva historia, la conquista de nuestra dignidad.
¡Viva Chile!
Alejandra Burgos Bizama
Alcaldesa de Curanilahue.