Opinión

David Fuentes Sosa

Por: Diario Concepción 04 de Septiembre 2022
Fotografía: Diario Concepción

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador Histórico

David Fuentes Sosa nació en Talcahuano el 7 de junio de 1885. Sus padres fueron Tránsito Sosa Salas y David Fuentes Gavilán. Este último, un acaudalado empresario e influyente vecino del puerto, ocupó importantes cargos públicos. Fue gobernador suplente en 1888, también fue el tercer alcalde que tuvo Talcahuano, y se desempeñó además como martillero público, director del Cuerpo de Bomberos y empresario ballenero. Entre sus obras destacan el haber donado a Talcahuano los terrenos del Cementerio Municipal N°1 y el cerro que hoy lleva su nombre, David Fuentes Gavilán.

David Fuentes Sosa, fue el menor de una familia conformada por él y sus 8 hermanas. Los hermanos Fuentes Sosa recibieron la mejor educación a la que se podía acceder en su tiempo.

La repentina muerte de su madre y luego de su padre en 1905, deja a David siendo un joven veinteañero con la posesión de una gran herencia.

En 1912 y a la edad de 26 años, viaja a Europa. En Francia conoce al Capitán Manuel Ávalos Prado. quien se estaba preparando como piloto en las Escuelas de Bleriot y Sánchez Besa, para iniciar la aviación militar chilena. Incentivado por Ávalos, David Fuentes inició sus estudios en la Escuela de Aviación de Bleriot en Etampes, convirtiéndose ambos en compañeros de curso, donde Fuentes obtuvo su brevet de piloto aviador N° 1078, otorgado por la Federación Internacional Aeronáutica, el 22 de octubre del mismo año.

Tras permanecer un año más en Europa, regresó a Chile a inicios del año 1914, acompañado por un avión monoplano Bleriot XI-2 biplaza de 80 HP, el cual una vez armado y probado en Chile, llega en abril del mismo año a Talcahuano, donde en el puerto se realizó una solemne ceremonia, donde David Fuentes Sosa procede a bautizar el aparato volador recién llegado con el nombre de “Talcahuano” en honor a su ciudad.

Con esto inicia su intención de seguir difundiendo el nuevo invento de la aviación a lo largo y ancho de nuestro país. De esta forma comenzó su carrera como aviador, ofreció exhibiciones gratuitas al público y realizó diversos vuelos, convirtiéndose en el hombre que daría nuevas glorias a la aviación civil nacional. Rompió récords de altitud, vuelo nocturno y distancias en Chile y Sudamérica. Los más relevantes se iniciaron en mayo de 1914, al realizar el primer vuelo entre Talcahuano y Angol, cubriendo la distancia entre ambas ciudades en una hora y 10 minutos. En dicha localidad, realizó vuelos de exhibición ante el público, acompañado de algunas de las primeras mujeres que volaron en Chile; Gabriela Figueroa, Eloísa Fernández, Mariana Conejeros y Matilde Soto, todas pertenecientes a la sociedad angolina.

Un mes más tarde, el 27 de junio, Fuentes obtuvo el récord sudamericano al elevarse en su Bleriot a una altura de 3.150 metros sobre Concepción. El 8 de agosto del mismo año, Fuentes efectuó el primer vuelo civil nocturno sudamericano con pasajero entre Talcahuano y Concepción.

El 18 de septiembre de 1914 realizó el primer vuelo entre Concepción y Santiago (Paine) recorriendo 450 Km., en un tiempo de poco más de 5 horas, a un promedio de velocidad de 90 k/h, batiendo el récord sudamericano de distancia.

Fue el primer piloto en cruzar el Estrecho de Magallanes en avión; pasó volando bajo el viaducto del Malleco; voló junto a Santos Dumont; fue el primer piloto de reserva de Chile, siendo luego llamado al servicio activo en la Escuela de Aviación para la movilización de 1920. Se convirtió además en piloto de globo aerostático, y más tarde, prestó servicio en la actual Policía de Investigaciones. Todos estos logros aeronáuticos realizados en una época en que los aviones eran de madera y tela significaron una gran contribución al desarrollo de nuestra Aeronáutica Nacional. Por ello, como reconocimiento a su gran aporte a la aviación militar, fue ascendido al grado de Capitán de Bandada (A) de la Fuerza Aérea de Chile.

David Fuentes enseñó a volar a múltiples pilotos nacionales y al español Camilo Pinal, en quien confió el manejo de su avión “Talcahuano”, con tan mala suerte que Pinal terminó estrellando el avión en uno de sus vuelos. Triste y sin ganas de emprender nuevos desafíos, Fuentes se instaló en el campo, en Puyehue, a disfrutar su tranquilidad. Sin la riqueza de su juventud, estimando el gobierno chileno el haber recibido un sinnúmero de servicios prestados a la aviación chilena, le otorgó una pensión de gracia que le ayudó a subsistir. David Fuentes murió en septiembre de 1951 y su cuerpo fue sepultado en el mausoleo del ejército en Santiago. Es sin duda alguna, uno de los pioneros más importantes de la aviación chilena, y nuestra región debiese reconocerlo asignando al principal aeropuerto penquista el nombre de un chorero que forjó parte de nuestra historia.

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