Opinión

Hay 40 grados

Altas temperaturas asociadas al verano permanecen de manera persistente sobre Europa occidental.

Por: Diario Concepción 23 de Julio 2022
Fotografía: Cedida

Mauricio J. Rondanelli Reyes

Biólogo, Programa de Estudios Europeos – UdeC

40.2°C, pasado el mediodía del martes 19 de julio de 2022 en el Reino Unido; el día más caluroso de su historia. Países Bajos, España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, y también hacia el norte y al este; Alemania, Suecia, Polonia, entre otros estados de la Unión Europea resisten la actual ola de calor que golpea al viejo continente; la tercera en lo que va corrido de este verano y aún les quedan dos meses. Junto con el fenómeno climático aparecen sus consecuencias; se registran hasta el momento poco más de 1000 fallecidos (recordar que, en 2003 el mismo fenómeno le costó la vida aproximadamente a 15.000 personas, solo en Francia), los incendios han hecho su aparición cubriendo miles de hectáreas para cuyas dimensiones no se da abasto ni por capacidad humana ni por resistencia de los materiales. Hasta las pistas de aeropuertos registran derretimiento severo impidiendo el flujo aéreo normal.

El impacto sobre la biodiversidad del territorio afectado es incalculable y, además, irrecuperable en el corto y mediano plazo. ¿Por qué está ocurriendo cada vez más intenso y recurrente este fenómeno? La respuesta está en el cambio climático que nos afecta, un cambio por cierto facilitado y acentuado por el ser humano y en donde el calentamiento global producto de los gases de efecto invernadero (GEI) que emitimos está alterando nuestro clima.

En un estudio reciente, publicado en Nature Communications (doi: 10.1038/s41467-022-31432-y) por investigadores del Instituto Potsdam para la investigación del impacto climático, en Alemania, se estableció por primera vez la relación entre este fenómeno de olas recurrentes de calor en el hemisferio norte con la división de la Corriente en Chorro (Jet Stream). En términos sencillos, la Corriente en Chorro (existe una para cada hemisferio) que es una banda de viento de movimiento rápido se divide en dos chorros de viento crecientes, uno de los cuales pasa por el sur de Europa y Asia e impide que los sistemas meteorológicos provenientes del Atlántico, con efecto de enfriamiento, lleguen a la región desviándolos hacia el norte. De esta manera, las altas temperaturas asociadas al verano permanecen de manera persistente sobre Europa occidental.

Lo cierto es que más allá de los descubrimientos científicos que permiten a los gobiernos y autoridades competentes tomar conocimiento de causa y planificar estrategias de mitigación para la población, tendremos que adaptarnos definitivamente a vivir en un mundo que ha cambiado. No nos olvidemos, se nos viene el verano.

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