Opinión

Ganar no es gobernar

La política francesa se encuentra en una incertidumbre que podría conllevar a una ingobernabilidad.

Por: Diario Concepción 25 de Junio 2022
Fotografía: Cedida

Pablo Navarro Rosas
Licenciado en Derecho UdeC
Integrante del Programa de Estudios Europeos.

“La responsabilidad es expandirse, construyendo un contrato de coalición, o buscando mayorías”. Con estas palabras, Macron rompía el silencio tras las elecciones legislativas realizadas el pasado 22 de junio, declaración que confirma el problema actual del gobierno.

Si bien su coalición “Ensemble!” ha conseguido obtener 245 escaños, queda distanciado de los 289 que necesitaba para impulsar sus reformas y gobernar tranquilamente, tal como lo hizo en su primer mandato.

Bajo este escenario, Macron tendrá que buscar mecanismos para llegar acuerdos. Algunos proponen la cohabitación, es decir, que el presidente y el primer ministro sean de distintos colores políticos, algo que ha ocurrido anteriormente en Francia. Eso sí, sería la primera vez desde que en 2001 se implementara el cambio de fecha de las legislativas (las cuales se celebran justo después de las presidenciales). Sin embargo, este escenario es muy poco probable, principalmente por la oposición de Nupes (izquierda francesa) quienes ya confirmaron una moción de censura en contra del Gobierno para el próximo 05 de julio. Sin contar, en el otro extremo, a la ultraderecha francesa, quienes pasaron de 8 a 89 escaños en tan solo 5 años.

Un escenario más realista sería aliarse con los republicanos, aunque estos últimos han emitido declaraciones dirigidas a ser oposición, demostrando que en la práctica se deberán buscar acuerdos amplios para avanzar determinadas políticas, existiendo un declive del Palacio del Elíseo ante una Asamblea Nacional que limitará la conducción del Presidente.

Es de esta forma como la política francesa se encuentra en una incertidumbre que podría conllevar a una ingobernabilidad, algo que difícilmente pudo pronosticar de Gaulle al inicio de la V República. Añadiendo, como guinda a la torta, la fractura del cordón sanitario a la ultraderecha, tomando Agrupación Nacional la tercera mayoría en la cámara baja francesa.

La ducha fría llega a un Emmanuel Macron debilitado, confirmando que su popularidad de hace cinco años ha declinado, el epicentro político francés ha cambiado de lugar y la frase “ganar no es gobernar” se confirma en estas últimas elecciones.

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