Opinión

Un viaje transformador

Las galaxias se asemejan a las personas, cuyas interacciones con sus pares y el medio alrededor las van forjando a lo largo de su vida.

Por: Diario Concepción 12 de Mayo 2022
Fotografía: Cedida

Dr. Ricardo Demarco
Departamento de Astronomía
Universidad de Concepción.

Vivimos en un universo dinámico: la Tierra gira alrededor del Sol, el Sol se desplaza alrededor del centro de la Galaxia, y la Vía Láctea se mueve dentro del Grupo Local de galaxias de tal forma que en unos 4,5 mil millones de años se estima que chocará con la galaxia de Andrómeda. Aunque en una colisión de galaxias es muy poco probable que las estrellas choquen entre sí, los efectos gravitacionales pueden hacer que un gran número de estrellas, entre éstas el Sol y todo nuestro Sistema Solar, sea lanzado hacia el espacio entre y más allá de las galaxias.

De todas formas, todo se mueve; y a la escala de galaxias, la fuerza que rige la dinámica y movimiento de éstas, es la de la gravedad. A diferencia de la Energía Oscura, que hace que el espacio crezca, la gravedad es una fuerza atractiva. La magnitud de ésta está determinada por la cantidad de materia presente, tanto materia “ordinaria” (de lo que estamos hechos) como materia oscura. La gravedad es la principal responsable del ensamble de materia a gran escala para formar dichas estructuras.

Dicho ensamble implica que, con el tiempo, las galaxias son atraídas entre sí para formar estructuras como filamentos y grupos. Los cúmulos (al igual que los grupos) son concentraciones de galaxias, gas y materia oscura. Las galaxias pueden pasar cerca entre sí, pero apenas “se tocan”. Encuentros repetidos entre galaxias sí pueden ir transformándolas paulatinamente: los tirones gravitacionales hacen lo suyo. Pero otra cosa es cuando la galaxia llega a la zona nuclear de un cúmulo.

En el centro de los cúmulos hay una mayor concentración de galaxias, materia oscura y gas intergaláctico. Aquí el ambiente es mucho más denso y la galaxia en caída puede ser transformada por interacciones más fuertes o incluso fusiones con otras galaxias y por el roce con el medio gaseoso dentro del cúmulo. Este último proceso es capaz de arrancar el gas de una galaxia formando una cola detrás de ésta, dando así origen a un objeto que asemeja a una medusa en el océano. De hecho, estas galaxias se llaman galaxias medusa y los casos más extremos son muy hermosos!

Así, el ser una galaxia cerca o dentro de un cúmulo (o grupo) puede significar una “vida” muy interesante, cuya trayectoria queda marcada por procesos transformativos que pueden cambiar su morfología, la mezcla de sus poblaciones de estrellas, en incluso terminar con su capacidad de formar nuevas estrellas en su interior. En este sentido, las galaxias se asemejan a las personas, cuyas interacciones con sus pares y el medio alrededor las van forjando a lo largo de su vida.

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