Opinión

Evita la astronomía populista

Y mientras los demagogos van y vienen aquí en la Tierra, en la profundidad del espacio estos asteroides seguirán parsimoniosamente en sus órbitas por millones de años, indiferentes a las tragedias sembradas por las promesas utópicas del populismo. ¡Evita-las, ché!

Por: Diario Concepción 14 de Abril 2022
Fotografía: Cedida

Dr. Roger Leiton Thompson
Centro para la Instrumentación Astronómica (CePIA)
Universidad de Concepción y la Fundación Chilena de Astronomía (FUCHAS)

El mundo ha sufrido con los populistas desde siempre: dividen a las sociedades en “buenos y malos”, “pobres y ricos”, “pueblo y anti-pueblo”. Con retórica incontenible prometen salvar a los oprimidos y eliminar a los opresores; llegan para borrar un “pasado despótico” e instalar un nuevo orden de bienestar. Aseguran que es por la gente, aunque en realidad todo gira en torno al populista mismo. Para cumplir con la promesa de salvar al pueblo de sus males, el líder y sus seguidores se valen del Estado, con la intención de influir en cada aspecto de la sociedad. Ocurrido esto, adular al líder se torna beneficioso (o peligroso si se le critica). En medio de este mesianismo desatado, el culto a la personalidad del líder es solo cuestión de tiempo: con su nombre se bautizan plazas, ciudades, clubes deportivos y hasta asteroides. Sí, porque en las avanzadas demagógicas ¡ni los astrónomos se salvan!

Desde 1800, cuando Giussepe Piazzi descubrió el primer asteroide (rocas kilométricas que orbitan en el Sistema Solar) al que nombró “Ceres” (diosa de la agricultura), los astrónomos han tenido el derecho de bautizar a los asteroides que descubren como se les cante. Desde entonces alrededor del Sol orbitan rocas con nombres como “Beatles”, “Hawking”, “Cleopatra”, “Cervantes”, “Victor Jara”, “O’Higgins”, entre otros. Siglo y medio luego, en 1947 y usando las recientemente creadas computadoras, el astrónomo Paul Herget (1908-1981) fundó el Centro de Planetas Menores en la U. de Cincinnati (EE.UU.) para catalogar y mantener actualizadas las órbitas de unos 1500 asteroides conocidos hasta esa época, así como de cualquier otro que fuese encontrado en el futuro.

“Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado” decía Mussolini, dictador de Italia, en cuyo honor un asteroide (descubierto en 1932) fue bautizado “Predappia”, como su pueblo natal. Quien aprendió del estatismo de la Italia facista fue Juan Perón, político argentino quien inició su propio movimiento populista, el Peronismo. Gobernó por más de una década y cambió a la Argentina hasta hoy. Pero el verdadero símbolo del Peronismo fue su esposa, Eva Duarte (1919-1952), activa primera dama muerta por un cáncer a los 32 años. Joven y carismática, Evita reunía todas las características para iniciar un culto a su personalidad, que aún persiste.

Hasta 1951, Herget recibió el reporte de 8 nuevos asteroides —descubiertos desde el Observatorio Astronómico de La Plata por el astrónomo, peronista y ardiente admirador de Evita, Miguel Itzigsohn— 5 de los cuales fueron nombrados en honor a la santa populista: “Evita”, “Abanderada” (por su carácter de líder), “Mártir”, “Descamisada” (como protectora de los obreros) y “Fanática” (ya te puedes imaginar por qué).

Y mientras los demagogos van y vienen aquí en la Tierra, en la profundidad del espacio estos asteroides seguirán parsimoniosamente en sus órbitas por millones de años, indiferentes a las tragedias sembradas por las promesas utópicas del populismo. ¡Evita-las, ché!

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