Opinión

Programa Nacional Satelital

Chile cuenta con universidades que tienen grupos fuertes en el área de la astroingeniería. Pero una apuesta de desarrollo en materia espacial resulta una posibilidad real si de verdad tenemos la intención, como nación, en ello.

Por: Diario Concepción 27 de Enero 2022
Fotografía: Cedida

Dr. Ricardo Demarco
Profesor Asociado, Departamento de Astronomía, Universidad de Concepción
Director Ejecutivo, Sociedad Chilena de Astronomía.

El otro día miré la Luna menguante y, por un instante, me imaginé su lado en penumbra poblado de un sin número de luces, tal cual como se ve hoy en día alguna zona habitada de nuestro planeta observada de noche desde la estación espacial. Esta visión, como salida de una película de ciencia ficción, podría ser una realidad de aquí a medio siglo más. Efectivamente, en la actualidad existen planes serios por parte de la NASA de volver a la Luna dentro de esta década a través del programa Artemis, sucesor de Apolo. Dicho programa, entre otros, llevará las primeras mujeres al satélite terrestre y permitirá el desarrollo de las primeras colonias que servirán para el establecimiento humano en dicho mundo y de puerto de salida de misiones exploratorias a Marte y otros cuerpos del Sistema Solar.

La Luna ofrece también posibilidades muy atractivas para la prospección y explotación minera, al igual que la observación astronómica por medio de telescopios poderosos en su superficie. Llama la atención cómo esto se parece mucho a lo que ya se lleva a cabo desde hace medio siglo o más en el norte de Chile. Nuestro país posee condiciones excepcionales para el desarrollo de ambas actividades, la minería y la astronomía, y cuenta con un capital humano perfectamente preparado para hacer frente a las exigencias respectivas. De hecho, la astrominería es una idea que, aunque aún en pañales, ya ha motivado cierto interés en el planeta. Aunque no necesariamente en dicha actividad, no es extraño que nuestro país considere de manera seria su participación en materia espacial en el concierto internacional. Otras naciones como Argentina, Brasil, India e Israel ya lo han hecho y llevan camino recorrido.

Particularmente, en materia astronómica, Chile cuenta con universidades que tienen grupos fuertes en el área de la astroingeniería. Pero una apuesta de desarrollo en materia espacial resulta una posibilidad real si de verdad tenemos la intención, como nación, en ello. No se trata de hacer grandes cosas como la NASA u otros países con más experiencia y recursos, sino que de partir con metas realistas y serias que nos permitan avanzar en la dirección correcta. De hecho y por fortuna, esto ya es el caso en nuestro país, con un Programa Nacional Satelital que promete tener una flota de satélites chilenos operativos de aquí al final de la década.

Los beneficios de esto serán muchos. Fomentar el desarrollo de empresas, ya sean estatales como privadas, que eventualmente se dediquen a la producción y exportación de tecnologías innovadoras, más que la sola exportación de materias primas, que nos beneficien como país en diversos sectores y que mejoren la calidad de vida de la gente. Además, contribuir a la formación de personas con competencias en STEM que son también muy necesarias hoy en día en nuestra nación. Claro está que se necesita voluntad política y privada, además de que ambos sectores aúnen esfuerzos, para que la presencia de Chile en el espacio crezca y prospere. Pero esto es definitivamente posible. En el proceso, habremos contribuido al conocimiento de la humanidad y al desarrollo tecnológico de nuestro país, pero lo más importante, habremos crecido como sociedad. Personalmente, creo que Chile puede!

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