Opinión

¿Y si nosotros tenemos que solicitar asilo o ser refugiados nuevamente?

Al llegar a un nuevo país, nos encontramos con una parte de la población que estará en contra de que llegues. Esto es lo que se hace en Chile contra aquellos que necesitan ayuda, venezolanos, haitianos, colombianos, peruanos… pero no europeos, claro, ellos tienen piel blanca y ojos azules.

Por: Diario Concepción 15 de Enero 2022
Fotografía: Cedida

Andrés Coo Causa
Master en Études Migratoires Université Côte d’Azur
Ayudante Programa de Estudios Europeos Udec.

Muchas veces olvidamos que todos en algún momento somos migrantes, ya sea de manera interna (entre distintas ciudades del país), o de manera internacional. Esto conlleva en realizar nuevas redes, conocer nuevos lugares, y por sobre todo, poder establecerse en un lugar fuera del apoyo de la familia. Pero no solo aspectos emocionales implican el establecerse en otro lugar, también conlleva, sobre todo en el caso internacional, el realizar procedimientos legales, que implican cansancio mental y costos monetarios.

Para los refugiados y solicitantes de asilo esta situación es incluso peor de lo que imaginamos, ya que muchas veces los trámites que se deben realizar toman tiempo, y durante este periodo de espera, es imposible trabajar de manera legal. Por lo que poder subsistir implica trabajar en negro, pedir limosnas en la calle, o (sobre)vivir de las ayudas estatales que muchas veces no alcanzan. Solo en Chile, de acuerdo a la ACNUR existen alrededor de 10.000 personas refugiadas o solicitantes de asilo que viven en el país, y alrededor de 450 mil personas venezolanas refugiadas y migrantes. Ahora bien, ¿y si a nosotros, como chilenos, nos tocara nuevamente ser refugiados o solicitantes de asilo en otro país? Digo nuevamente, ya que, para el golpe de estado de 1973, muchos compatriotas tuvieron que solicitar asilo en terceros países.

Como nacionales, nos gustaría que nos recibieran con los brazos abiertos en nuestro nuevo hogar, dispuestos a colaborar por el bien del país, que la población local nos permita desempeñarnos libremente y vivir en paz… eso es lo que nos gustaría por supuesto, pero la realidad actual es totalmente distinta, donde los nacionalismos están resurgiendo (no confundir patriotismo con nacionalismo). Al llegar a un nuevo país, nos encontramos con una parte de la población que estará en contra de que llegues, que tu arribo es una amenaza para la “cultura” nacional, o que tú y tus compatriotas son catalogados de delincuentes por el solo hecho de ser de otro país.

Bueno, esto último es lo que se hace en Chile contra aquellos que necesitan ayuda, venezolanos, haitianos, colombianos, peruanos… pero no europeos, claro, ellos tienen piel blanca y ojos azules.

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