Opinión

Bienestar emocional y estrategias para apoyar a nuestros jóvenes

Por: Diario Concepción 08 de Noviembre 2021
Fotografía: Denise Sznaider

Denise Sznaider
Psicóloga Fundación Liderazgo Chile

A propósito de la gran cantidad de espectadores menores de “El Juego del Calamar”, se hace necesario destacar lo inadecuado de exponer a menores de 18 años a contenidos con altos niveles de violencia, agresión, maltrato, falta a la moral y abuso de poder.
Es fundamental tomar conciencia y acción sobre el rol protector que como padres debemos asumir, haciéndonos responsables de acompañar, revisar, administrar, restringir y poner límites a los contenidos que están incorporando y consumiendo nuestros hijos.

Conocemos los efectos nocivos de los videojuegos en la salud mental de nuestros niños, la ansiedad que les genera, la poca empatía, la normalización del bullying y las nuevas formas de cyberbulling, entre ellas.

Tengo un adolescente en casa, ¿cómo lo hago? Si vives con un adolescente, no creas que se te paso el tiempo de intervenir, al contrario: paciencia y recuerda que cada etapa impone sus propios desafíos y como padres.

Entre los 9 y los 19 años nuestros hijos están dejando sus cuerpos e identidad de niños y se ven e identifican más grandes y maduros. La realidad es que están en tránsito hacia la adultez, la adolescencia significa eso: sufrir cambios, adolecer y no está exenta de preocupaciones. Algo complejo, pero clave para los padres, es saber acompañarlos emocionalmente y darles el espacio que necesitan para experimentar y crecer, pero a su vez, no dejarlos solos. .

Esta etapa se caracteriza por la distancia física y emocional que necesitan tomar de sus primeros referentes y por una preponderancia al querer estar con amigos.

Ningún padre cuyo hijo de 15 años le diga o grite enojado “no te metas, es mi vida…” debe hacer caso omiso, ni tomar esas palabras al pie de la letra, ni sentirse rechazado por su hijo. Es importante permanecer cerca de ellos pero respetando las distancias.

En este periodo de tantos cambios, donde el grupo de pares tiene mayor influencia en sus acciones, ellos quieres experimentarlo todo y desafían en manada, todo límite para mostrarse invencibles.

Pero desconocen o quitan importancia a sus efectos nocivos e irreparables en su proceso de desarrollo vital en el que se encuentran.

Es ahí donde los padres no debemos hacer la vista para otro lado y permanecer con creatividad y justo equilibrio, modelar e influenciar en la toma de decisiones, con amor, pero firmeza estableciendo límites y negociando con ellos.

Preocuparnos de mantener la comunicación y esos espacios de dialogo necesarios para que ellos nos consulten o nosotros preguntarles sin invadirlos, en los que puedan encontrar el apoyo que necesitan para transitar de la manera más saludable, sana y acompañada esta crucial y difícil etapa de crecimiento.

 

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