Opinión

Implementar la Ley de Plásticos de un Solo Uso

Además del desafío de reutilizar y compostar, se abre la oportunidad de innovar en el desarrollo de materiales alternativos para la fabricación de envases y utensilios alimentarios, que cumplan con la certificación de plásticos compostables.

Por: Diario Concepción 27 de Octubre 2021
Fotografía: Cedida

Magdalena Márquez
Encargada de Economía Circular de Arcadis Chile

No es secreto ni sorpresa que el ecosistema ha sufrido durante décadas el deterioro provocado por los desechos plásticos. El plástico, polímero producido a partir de un derivado del petróleo, revolucionó la industria del consumo a mediados del siglo 20, pero más de medio centenar de años más tarde su lenta degradación causa estragos en la flora y fauna de tierra y mar. Chile ha tomado consciencia sobre los peligros que revisten los plásticos y desde hace unos años eliminó del comercio las bolsas elaboradas con este material y ahora da el siguiente paso con la prohibición de los plásticos de un solo uso (utensilios desechables) en la industria alimentaria. Estos son los plásticos más difíciles de reciclar, por lo tanto, son de mayor peligro para la biodiversidad que alberga el océano y sus costas.

Terminar con los plásticos innecesarios, generar innovación para que estos sean reutilizables y hacerlos parte de una economía circular, son algunos de los pilares en los que se enfoca la Ley de Plásticos de un Solo Uso. Cabe destacar que, actualmente, los recintos alimentarios y el delivery de comidas generan cerca de 23 mil toneladas anuales de plásticos. Al eliminarlos se contribuye en el proceso de protección de nuestros ecosistemas, los que por mucho tiempo han sido dañados por el mal manejo de estos residuos.

Esta ley se viene trabajando desde hace más de dos años, con la participación de expertos que recogieron distintos elementos de normativas internacionales. Desde la publicación en el Diario Oficial, existe un plazo de seis meses para que entren en vigencia algunas de las regulaciones que se aplicarán y en un plazo de 3 años se implementará la regulación total de la ley, por lo tanto, se trata de un proceso progresivo. Existirá un periodo de marcha blanca donde se identificarán oportunidades de mejora, lo que permitirá a los involucrados adaptarse, así como traspasar conocimiento para que se reproduzcan las mejores prácticas.Sin embargo, la clave para una exitosa implementación de la ley no está en su entrada en rigor, sino en el compromiso y empoderamiento de la ciudadanía que se adhiera a la normativa y denuncie los incumplimientos y una buena parte de voluntad política para legislar y ampliar de manera gradual hacia toda la industria alimentaria, así como mayores exigencias de parte de la población y el compromiso con la sostenibilidad desde el sector privado.

Además del desafío de reutilizar y compostar, se abre la oportunidad de innovar en el desarrollo de materiales alternativos para la fabricación de envases y utensilios alimentarios, que cumplan con la certificación de plásticos compostables.

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