¿No se atreven a levantar la mano y la voz para denunciar a los corruptos y malos gestores? ¿No saben lo que ocurre o prefieren mirar para lado dispuestos a que el país se vaya al tacho?
Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial
Todos tenemos una cuota de responsabilidad en esto, por acción u omisión. Vimos el deterioro de la política y el crecimiento de la corrupción, pero la reacción nos alcanzó para levantar los hombros y repetir casi inconscientemente: “así funcionan las cosas”.
No sé cuál fue el momento preciso en que dejamos de sorprendernos y comenzamos a aceptar pasivamente que el nivel intelectual y cultural de los políticos cayera y que los casos de fraude, malversación, tráfico de influencias, uso de información privilegiada o los conflictos de interés fueran portada sistemática sin costo alguno para el delincuente de turno.
Parecen tan lejanos los casos Mop Gate, los sobresueldos, Publicam-Chile Deportes, Inverlink o EFE que “conmovieron” a la opinión pública y que hicieron temblar al gobierno de turno, pero donde siempre hubo un acto “republicano” que permitió salvarle el pellejo a alguien importante del bando contrario dejando que pagaran los de rango menor. La realidad es que lo Republicano hubiese sido castigar a los responsables e incluso hacer caer el gobierno de la época como señal potente y aunque, en ese momento los costos hubiesen sido altos, habría quedado la huella permanente de que acciones similares tendrían castigos ejemplares.
Ahora debemos soportar a una mayoría de malos politicos que van dejando esa huella de populismo lastimoso producto de una falta de rigor técnico al plantear y votar leyes que a pocos benefician pero que entre todos tendremos que pagar. Anular leyes, votar más retiros o dictar una amnistía, cualquier cosa sirve independiente de los costos porque solo el voto marginal importa ya que para nuestro patético parlamento las opiniones técnicas son asuntos interesados y la evidencia solo un dato irrelevante, justificando todo como una fiebre momentánea que con paracetamol se pasa.
Nos faltó levantar la mano cuando se pudo; denunciar cuando se pudo; gritar más fuerte cuando se pudo. Y aunque estamos condenados a tener que elegir entre 7 sabiendo que la mayoría declara “no hay nadie por quién votar”, aun no es tarde para enmendar el rumbo.
No podemos seguir normalizando lo irregular ni aceptando que sean autoridad aquellos que se han visto envueltos en asuntos graves. ¿Por qué el caso de Velasquez duró un par de horas si mientras fue alcalde cometió delitos graves y ahora lo postulan al Senado? ¿Por qué es ministro del Interior un político que dejó un hoyo financiero en el municipio de Estación Central incumpliendo incluso los dictámenes de Contraloria? ¿Por qué para algunos es hasta pintoresco que se plantee como Ministro del Interior a Jadue, en un posible gobierno de izquierda, y nadie lea los informes de Control del municipio de Recoleta que muestra un creciente déficit en la administración de ese municipio?¿ Por qué hay 30 o 40 alcaldes que no pagan la previsión de los funcionarios y no pasa nada?
¿No se atreven a levantar la mano y la voz para denunciar a los corruptos y malos gestores? ¿No saben lo que ocurre o prefieren mirar para lado dispuestos a que el país se vaya al tacho? Podemos hacer harto mas que ver pasar todo frente a nosotros y siempre es buen momento para partir defendiendo el país del populismo, la corrupción y la ineficiencia.
Y en esto todos podemos ayudar porque, aunque sabemos “cómo funcionan las cosas”, queremos que funcionen de forma distinta.