Opinión

El gran desafío para disminuir la deserción escolar

La invitación en estos momentos de pandemia es a pensar en acciones y medidas que nos permitan enfrentar la emergencia sanitaria, comprometernos con nuestros niños, niñas y jóvenes a una nueva educación pública de calidad que entregue oportunidades a todos.

Por: Diario Concepción 15 de Septiembre 2021
Fotografía: Cedida

PhD. Denisse Velázques Barrenechea
Asesora Apoyo Técnico Pedagógico
Servicio Local de Educación Pública Andalién Sur

Hoy, en tiempos de menos contagio, con establecimientos educativos reaperturados y dando paso a la presencialidad, nos hemos encontrado con el desafío de convocar nuevamente a niños, niñas y jóvenes a nuestras aulas. Frente a este escenario y la complejidad e incertidumbre que genera en nuestras comunidades, ha sido fundamental, desde los establecimientos, convertirse en espacios seguros y desde ahí recomponer los vínculos de confianza con los estudiantes y sus familias.

Sin embargo, un elemento estratégico de la reapertura de los establecimientos educativos se ha orientado a la búsqueda activa de los estudiantes que no regresen a las clases presenciales o aquellos que mantienen una nula o baja conectividad a sus clases en línea.

Antes de esta crisis sanitaria COVID-2019, los estudios estadísticos que realiza el Ministerio de Educación, nos demuestran que ya teníamos más de 186 mil estudiantes fuera del sistema escolar, evidenciando las desigualdades sociales y educativas. Sin embargo, con la irrupción de la pandemia esto se ha agravado, aumentando esta cifra en 40 mil jóvenes según el mismo análisis del Mineduc. Estos niños, niñas y jóvenes, debiendo permanecer en el sistema de educación formal, no fueron matriculados, dejando en evidencia la deuda que tenemos con la población más vulnerada y por tanto su frágil vínculo con los establecimientos y con el cierre de ellos, estos lazos se desvanecieron.

Frente a este escenario, el desafío al que debemos comprometernos, es fortalecer nuestros establecimientos como espacios que potencien y construyan trayectorias escolares positivas; instancias que permitan construir en torno al bien común, promoviendo que nadie está de más, ya que mientras más desigual es la sociedad donde nos encontremos, es aún más importante es el rol de la escuela.

Para ello, es necesario implementar en las escuelas un modelo flexible y adecuado a las necesidades de aquellos niños, niñas y jóvenes identificados en riesgo educativo y hacer un monitoreo pormenorizado de cada uno de ellos. Los establecimientos como espacios de intercambio e interacción social son irreemplazables y no olvidar a aquellos que han quedado en el camino y que no podrán disfrutar del retorno seguro a sus aulas.

La invitación en estos momentos de pandemia es a pensar en acciones y medidas que nos permitan enfrentar la emergencia sanitaria, comprometernos con nuestros niños, niñas y jóvenes a una nueva educación pública de calidad que entregue oportunidades a todos.

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