Opinión

Regulación de datos personales en Chile

La posibilidad de conocer todo tipo de información personal, como nombre, cédula de identidad y domicilio, entre otros datos relevantes, se encuentra a pocos clics de distancia. Ha crecido la usurpación de nombre, los llamados “phishing y pharming” los cuales resultan mucho más fáciles de ejecutar al tener datos personales disponibles.

Por: Diario Concepción 08 de Septiembre 2021
Fotografía: Cedida

Daniel Saavedra
Abogado

La posibilidad de conocer todo tipo de información personal; nombre, cédula de identidad y domicilio entre otros datos relevantes, se encuentra a pocos clics de distancia y ni siquiera la consagración en rango constitucional de la protección de datos personales llevada a cabo en 2018 ha sido capaz de cambiar esta situación.

Existen diversos sitios en línea donde es posible encontrar información detallada respecto de cualquier persona, de forma gratuita y sin filtro alguno. Buena parte de esta información habría sido inicialmente extraída de bases de datos públicas, o que fueron públicas en un determinado momento, como ocurrió con información publicada por SERVEL en 2013.

La falta de una autoridad con facultades regulatorias y sancionatorias obliga a tomar por el interesado en estos casos, la vía del recurso de protección, repitiéndose en los fallos de dichos recursos, ya sea la falta de legitimación de diversas asociaciones para actuar como recurrente, o bien la falta de infracción de las obligaciones de protección del recurrido por haber sido dicha información en algún momento, aunque sea brevemente, pública.

Resulta entonces, muy preocupante la disponibilidad de información de carácter personal que se encuentra en línea, no solo en cuanto a la afrenta que sufre el Articulo 4° de la Carta Política, sino en sus efectos concretos considerando el aumento de la delincuencia cibernética y económica que diversos organismos han alertado; usurpación de nombre, los llamados “phishing y pharming” los cuales resultan mucho más fáciles de ejecutar al tener datos personales disponibles que permiten burlar las nociones de seguridad que tiene una determinada persona, o inclusive elegir con precisión a sus víctimas para una eventual fraude, o realizar uno en su nombre ante instituciones públicas y privadas.

Igualmente preocupante resulta la circulación legal de información entre entidades que se dedican al comercio de la denominada “Big Data”, con cuya extracción colaboramos voluntaria e involuntariamente en todas nuestras actividades, espectro que va desde lo que vemos en nuestro celular, hasta los tratamientos médicos a los que nos hemos sometido.

Urge un marco legal que proteja verdaderamente el tratamiento de datos personales, con una autoridad autónoma y con alcances concretos en el ámbito público y privado, lamentablemente el boletín 11144-07 en donde se tramita el proyecto de ley pretende consagrar relevantes cambios normativos respecto al manejo y uso de datos personales, incluyendo la creación de una autoridad de protección de datos personales, la que perdió en 2021 la suma urgencia con la que se tramitaba, por lo que faltará aún más para que vea la luz.

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