Opinión

Nuestra conducta transmite el mensaje más potente al equipo

Para liderar una cultura y llevarla hacia lo que deseamos, debemos conocer cómo pesan y cuáles son los valores actuales, y cómo se convierten en comportamientos o conductas, símbolos y sistemas de nuestra organización.

Por: Diario Concepción 19 de Julio 2021
Fotografía: Claudia Pavez Souper

Claudia Pavez Souper
Magister en Desarrollo Organizacional y Dirección de Personas

La cultura de nuestras organizaciones es una suma de los mensajes recibidos y estos están en todas nuestras conductas, en las decisiones que tomamos en momentos difíciles y en los modelos de gestión o técnicos que nos hemos entregado para cumplir nuestras labores diarias.
Estos comportamientos, símbolos y sistemas son relevantes pues muestran a nuestros colaboradores qué es lo que esperamos de ellos, qué valora nuestra empresa. Se trata de hacer verdaderamente lo que decimos (Walking the Talk, Carolyn Taylor, 2015) para trasmitir el mensaje que nos proponemos y así lograr la estrategia de nuestro negocio.

Por ejemplo, una organización que está entregando mensajes constantes sobre el bienestar y cuidado de su equipo de trabajo, pero al mismo tiempo carece de un sistema de escucha del estado emocional, el clima o bienestar de sus equipos y que cuyos esfuerzos presupuestarios están dirigidos principalmente a la inversión en adquisición de maquinarias sin agregar escucha a sus personas de primera línea muestra mensajes desalineados.

Lo relevante es tomar una decisión sobre quiénes somos como organización, quiénes queremos ser o cuál es la cultura deseada, esto nos permitirá lograr nuestros objetivos. Luego alinear, tal como lo hacemos con los neumáticos al instalarlos, para que procesos y personas funcionen como un organismo vivo remando juntos hacia un mismo lado en un baile de sincronía.

Como animales tribales, leemos las señales que nos permitirán calzar en el grupo, lo hacemos para sobrevivir y si no logramos adaptarnos tendremos que dejar la tribu o ella nos dejará.

Así es como cada uno de nosotros aportamos nuestros valores o creencias, y estos se suman a los de todos los integrantes. Entonces para liderar esa cultura, y llevarla hacia nuestras metas debemos conocer cómo pesan lo valores, cuál es la jerarquía de valores
y revisar cómo éstos se convierten en conductas, símbolos y sistemas. Debemos reconocer los valores enriquecedores, como el desempeño, el trabajo en el equipo o la integridad o aquellos egoístas como la búsqueda de estatus, el dinero, la independencia o evitar conflictos.
La cultura es una red de conversaciones, de mensajes sobre cómo se espera se comporten personas que pasan tiempo juntas y que tienen objetivos, creencias, necesidades o valores compartidos. Estos son justamente el pegamento de la cultura, por lo que gestionar ese lenguaje consiste en potenciar lo que realmente valoramos.

¿Cómo los valores conducen la cultura? Para liderar una cultura y llevarla hacia lo que deseamos, debemos conocer cómo pesan y cuáles son los valores actuales, y cómo se convierten en comportamientos o conductas, símbolos y sistemas de nuestra organización. Así es que el cambio comienza por definir quiénes somos y luego la cultura deseada, quienes queremos ser para prosperar.
La pregunta es si estamos siendo coherentes, si hacemos lo que decimos y mostramos nuestra verdadera escala valórica en todo aquello que hacemos o solamente hacemos aquello que nos dé una buena imagen.

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