Los jardines infantiles, salas cuna y modalidades no convencionales cumplen un rol importantísimo como espacio de contención emocional, de socialización, de aprendizajes y, esencialmente, como lugar de encuentro.
María Bélgica Tripailaf
Directora Regional de Fundación Integra
Como Fundación Integra, desplegar nuestro quehacer educativo en este escenario de pandemia, nos ha obligado a resignificar, reinventar y sobre todo a repensar los contextos de aprendizajes para los niños y las niñas que hoy no sólo requieren ambientes fiscos y humanos nutritivos para el aprendizaje, sino también ambientes de seguridad sanitaria que resguarden y garanticen su salud física, emocional y social junto a la de sus familias y nuestros equipos educativos. Desde los aprendizajes alcanzados como institución durante el año pasado, hoy nos sentimos más preparados y empoderados para desplegar nuestra labor en las 124 unidades educativas desplegadas en la región (jardines infantiles, salas cuna y modalidades no convencionales) y llegar en las mejores condiciones posibles en este nuevo escenario para atender a los cerca de 7.000 niños y niñas que en la actualidad son parte de la matrícula de la región, fortaleciendo la labor en conjunto con las familias y comunidades, ya que hoy más que nunca, hacer educación de calidad requiere de un trabajo articulado para alcanzar las metas comunes que se concretan en más y mejores oportunidades de aprendizaje para los niños y las niñas.
En cada una de nuestras unidades educativas se ha puesto a disposición de las familias un programa educativo que se concretiza en dos alternativas, un plan educativo a distancia que articula los esfuerzos y propósitos de los equipos pedagógicos con las posibilidades contextuales de cada familia para dar continuidad en la cotidianidad del hogar a los procesos educativos de los niños y las niñas y, un plan educativo presencial que resguarda todas las condiciones sanitarias establecidas por las autoridades competentes para la presencialidad tanto de niños y niñas, como de los equipos educativos para fortalecer el desarrollo y aprendizaje integral de niños y niñas entre 3 meses y 5 años de edad.
Para nuestra institución, el bienestar y la salud de los niños y niñas que asisten a nuestros jardines infantiles, salas cuna y modalidades no convencionales y de nuestros equipos educativos, es una preocupación primordial, por lo cual, se han maximizados todas las condiciones de seguridad sanitaria a través de instructivos que van más allá de lo requerido por la autoridad sanitaria, en ellos se despliegan protocolos estrictos de ingreso y funcionamiento en cada establecimiento educacional, lo que, además de dar seguridad a nuestros equipos educativos, nos ha permitido ir aumentando el número de niñas y niños que asisten en forma presencial, cuestión fundamental considerando que, los jardines infantiles, salas cuna y modalidades no convencionales cumplen un rol importantísimo como espacio de contención emocional, de socialización, de aprendizajes y, esencialmente, como lugar de encuentro, donde se desarrollan algunos de los vínculos más importantes para los niños y niñas y su familia, posicionándolos así como un factor protector para su calidad de vida.