Opinión

El futuro espacial de Chile

Construir y poner en órbita nuestros propios satélites es clave en un amplio abanico de frentes, incluyendo alcanzar soberanía en nuestro sistema de comunicación.

Por: Diario Concepción 01 de Julio 2021
Fotografía: Cedida

Rodrigo Herrera Camus
Profesor Astronomía UdeC
Líder de Grupo Asociado Instituto Max Planck-UdeC.

El viernes pasado organizamos como Núcleo Milenio TITANS un conservatorio titulado “Desarrollo de tecnología espacial en Chile: presente y futuro” (se puede encontrar en Youtube). En la mesa se sentaron a discutir parte importante de los protagonistas detrás del incipiente desarrollo de tecnología satelital en nuestro país.

Por un lado, tuvimos a los profesores de la Universidad de Santiago y la Universidad de Chile, Marina Stepanova y Marcos Díaz. Ambos académicos, en conjunto con sus equipos, desarrollaron SUCHAI I, el primer satélite 100% hecho en Chile puesto en órbita. Actualmente se encuentran trabajando en la creación de los satélites SUCHAI II y III. Por otro lado, participaron el Coronel Luis Felipe Sáez de la FACH, y Demián Arancibia del Ministerio de Ciencias, ambos representando el recientemente creado Sistema Nacional Satelital (SNS). Este nuevo organismo viene a reemplazar el trabajo realizado en base al satélite Fasat Charlie, lanzado el 2011 y que ya sobrepasó su vida útil. La buena noticia es que a través del SNS, Chile lanzará 10 nuevos satélites de aquí al 2025. De esta decena, nada menos que ocho serán fabricados en Chile. Todo un hito para nuestro país.

Creo que las conclusiones más importantes de este seminario fueron dos. La primera, la importancia que tiene para un país en desarrollo como Chile la creación de tecnología espacial. Construir y poner en órbita nuestros propios satélites es clave en un amplio abanico de frentes, incluyendo alcanzar soberanía en nuestro sistema de comunicación, y la posibilidad de tomar decisiones claves frente a emergencias como terremotos, incendios o temporadas de sequía. La segunda, es la importancia que tiene para el éxito de todo desarrollo espacial armonizar las componentes de investigación, industria y defensa. En ese sentido, es clave que una nueva institución como la SNS permita el diálogo fluido entre universidades, compañías privadas, los Ministerio de Ciencia y Defensa, y las Fuerzas Armadas.

Instalados ya en pleno siglo XXI, es tiempo de que nuestro país no sólo mire cómo explotar de forma inteligente su suelo, sino también el espacio que lo envuelve. Quién sabe, tal vez mañana hayamos avanzado tanto que la exploración del Sistema Solar represente nuestra próxima frontera. Soñar no cuesta nada.

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