Opinión

La Alameda penquista

Nuestra Alameda hoy parque Ecuador, llamado así a partir de un decreto municipal de 1911, en retribución al aporte del gobierno de Ecuador en ayuda a nuestro país debido al terremoto de 1906.

Por: Diario Concepción 06 de Junio 2021
Fotografía: Diario Concepción

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción.

Luego del trazado y traslado de la ciudad de Concepción producto del terremoto y maremoto de 1751, al nuevo sitio de la Mocha, las autoridades de la época dejaron un lugar en los faldeos del cerro Altacura, hoy Caracol, destinado a la extracción de maderas para la construcción y leña para la calefacción y uso de cocinas. Luego de un tiempo pasó, en calidad de parque, a recibir el nombre de Alameda, dedicado a paseo y solaz de los ciudadanos. El parque recibió un diseño de estilo francés, limitado por dos avenidas que lo circundaban, la actual Veteranos del 79, apegada al cerro, en homenaje a los militares de la guerra del pacífico, que ocuparon una casa cercana a la cascada, cedida por la municipalidad para hogar, y la avenida Víctor Lamas, calle que hace honor a un distinguido vecino, alcalde y político penquista de comienzos del siglo XX.

El parque albergó hasta ahora, una serie de instituciones como: la antigua cancha de pelota vasca, mandada a construir y ocupada por la juventud vasco francesa, hoy desaparecida; en 1907 la Municipalidad de Concepción cede un trozo de terreno al Lawn Tennis Club; también se instaló en la alameda un zoológico, donde se exhibían hermosos cóndores y otras especies, para el deleite de las familias, que visitaban el lugar.

La antigua Alameda fue también el lugar donde se rindió homenaje a los próceres, héroes de guerra, como el los franceses o hijos de estos que murieron asistiendo a defender su patria en la primera guerra mundial de 1914, ubicado frente a calle Aníbal Pinto; o el monumento erigido a Don Juan Martínez de Rozas, obra del escultor chileno, Nicanor Plaza.

Mención aparte constituye el bronce del rector del Liceo de Hombres de Concepción, profesor, José Mercedes García, pieza robada en la década de 1960, o la réplica de la escultura del “niño de la espina”, que corrió igual suerte; punto aparte lo constituye algunas figuras de mármol donados por el vecino Nicasio Zulaika y que hubo que retirarlas luego de haber sido vandalisadas por una turba.

Hoy, el parque, cuenta además con un monumento que rinde homenaje al cuerpo de Bomberos de Concepción; muy cercano de la Galería de la historia, un torso de Simón Bolívar nos recuera al libertador venezolano. El parque albergó también una clínica conocida con el nombre de Hospicio, destruida por el terremoto de 1939 y reemplazada por un hospital transitorio de madera, que luego del traslado de los pacientes, al nuevo Hospital Regional, inaugurado en la década de 1940, el edificio del parque, sirvió por años como hospital Psiquiátrico.

Con el terremoto de 1939, se edificaron en el parque una serie de casas de emergencia, población que fue erradicada por la alcaldesa Ester Roa, con el fin de recuperar el parque para la ciudad.

Recientemente, se instalaría un reserva una reserva ecológica, que no prosperó, el lugar destinado para esta instalación hoy ha sido ocupado por una cancha de patinaje para la juventud que allí se reúne a desarrollar su deporte.

Por un impulso alcaldicio y dado el deterior y peligro que representaban los árboles añosos, se intervino el parque y el cerro Caracol, transformándolo en un lugar inclusivo, con juegos seguros para niños y adultos, adaptado para cumplir con todas las normas exigidas para estas prácticas.

Nuestra Alameda hoy parque Ecuador, llamado así a partir de un decreto municipal de 1911, en retribución al aporte del gobierno de Ecuador en ayuda a nuestro país debido al terremoto de 1906. El parque sigue siendo el lugar predilecto para las festividades penquistas, en especial de los niños que de la mano de sus padres vemos recorrer sus instalaciones día a día.

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