Opinión

En la semana de la ciencia y la tecnología recordamos a Hedy Lamarr

La brillante Hedy Lamarr fue durante toda su vida desvalorada como ingeniera, recibiendo solo notoriedad pública por su belleza. No fue hasta el año 2014 que es incluida al título póstumo en el National Inventors Hall of Fame para la tecnología del espectro ensanchado por salto de frecuencia.

Por: Diario Concepción 08 de Abril 2021
Fotografía: Cedida

Nidia Smith Oñate
Historiadora – Docente UCSC

En 1903 el comité seleccionador del premio Nobel, pretendía honrar solamente a Pierre Curie y Henri Becquerel por los aportes en el campo de la radiación, a pesar de que su esposa Marie Curie fue una científica activa en esos descubrimientos, sin embargo, se pensaba desestimarla solo por ser mujer. Gracias a que su esposo dijo que rechazaría el premio si no se reconocía a Marie, fue la primera mujer en recibir el premio Nobel.

Como Marie muchas artistas, pensadoras y científicas se han diluido en el olvido y la marginalidad de los gremios masculinos de la tradición y el poder.

Una historia llena de sorpresas y contrastes fue la vida de la actriz de Hollywood Hedy Lamarr, que relacionaría el glamour de la pantalla grande con la funcionalidad contemporánea de la tecnología. La famosa actriz que interpretó a Dalila en la película Sansón y Dalila (1949), que observamos en cada semana santa, fue en su vida real una gran inventora y visionaria del futuro.

Eva María Kiesler (1914 – 2000) fue el nombre real de Hady Lamarr, nacida en Austria dentro de una familia judía, la pequeña Eva María desde temprana edad comenzó a desarrollar una increíble inteligencia que rayaba dentro de los paradigmas de superdotes. Cautivada por la tecnología y la innovación, Eva María empezó sus estudios de ingeniería a los 16 años, los que abandonaría para centrarse en su prometedora carrera como actriz. Su vida en la gran pantalla fue alucinante, ingresando al mundo de la fama en Checoslovaquía con el polémico film Éxtasis (1933), donde su carrera se ve coartada por la violencia física y psicológica recibida por su cónyuge de entonces. Huyendo hasta Londres, conoció a Louis B. Mayer, jefe del estudio Metro Goldwyn Mayer, quien impactado por su carisma y extraordinaria belleza le ofreció un contrato de cine en sus estudios de Hollywood.

Eva María, vio está oportunidad como una puerta de escape de la que sería la Segunda Guerra Mundial, iniciando su carrera cinematográfica hollywoodense en 1938, adoptando el nombre Hedy Lamarr, convirtiéndose rápidamente en una connotada estrella de cine con las películas; Ángel (1938), Lady of the Tropics (1939), White Cargo (1942), Sansón y Dalila (1949), entre otras.

La austriaca Hedy Lamarr, no sólo fue modelo de revistas y estrella de Hollywood, también fue una brillante y olvidada inventora. En plena Segunda Guerra Mundial, Hedy brindó sus conocimientos de ingeniería al Gobierno de Estados Unidos ya que poseía información secreta y privilegiada sobre el armamento del ejército alemán (su ex cónyuge era un empresario armamentista que proveía de armamentos a los ejércitos de Hitler y Mussolini).

Dejando los estudios de Hollywood he instalada en el Departamento de Tecnología Militar estadounidense, Lamarr fue la primera persona en observar y percatarse de que las señales de radio que guiaban a los torpedos de la armada norteamericana eran muy fáciles de interceptar por un bando enemigo. Fue entonces cuando inventó, junto a su amigo el compositor y pianista George Antheil, un sofisticado sistema de localización de torpedos teledirigidos. Sistema que fue inspirado en un principio básico musical, este trabajaba con 88 frecuencias en ciclos por segundo, semejantes a las notas y números de teclas del piano.

En ese entonces, el aparato militar estadounidense no concibió apreciar la utilidad y significancia de la invención que les estaba brindando Hedy. Décadas más tarde, la compañía Silvania Electronics tomó la patente del invento de Lamarr que había ya caducado y la hizo propia, comenzando a utilizarse en la intercepción de comunicaciones en la carrera armamentista de la Guerra Fría.

La tecnología de Lamarr es la que hoy en día se emplea para los sistemas de posicionamiento por satélite, como el GPS, y que mas tarde sería el precursor del Wi-Fi, Bluetooth y la telefonía móvil junto con sus modernas aplicaciones que celebramos cada año.

La brillante Hedy Lamarr fue durante toda su vida desvalorada como ingeniera, recibiendo solo notoriedad pública por su belleza. No fue hasta el año 2014 que es incluida al título póstumo en el National Inventors Hall of Fame para la tecnología del espectro ensanchado por salto de frecuencia. En Hedy Lamarr habitó el personaje y el encanto de la gran pantalla de Hollywood, pero al mismo tiempo la pequeña austriaca Eva Maria Kiesler, que con tres años de estudio en ingeniería será la mujer que intuyó el futuro y la máxima revolución cultural de todos los tiempos.

“No temo a la muerte porque no temo a nada que no pueda comprender: soy mi mente”.
Hedy Lamarr, actriz, ingeniera e inventora.

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