Opinión

La identidad de lo construido y la naturaleza

Se debe garantizar “vivir en un ambiente libre de contaminación y que respete la historia de la persona humana y la historia colectiva de todas las personas del respectivo territorio”.

Por: Diario Concepción 22 de Febrero 2021
Fotografía: Cedida

Javier del Río Richter
Candidato Constituyente Asamblea Popular D20.

La identidad y sustentabilidad de los barrios, pueblos y ciudades – que son la resultante de lo construido por el hombre y su entorno natural – y, por cierto, alimentan historias personales y colectivas de los habitantes en sus respectivos territorios, debe ser tema en la Constituyente.

Un caso emblemático es el histórico barrio Pedro Javier del Río Zañartu, cuyo nombre recuerda a quien cedió el terreno a los Trabajadores y Obreros de Concepción, en retribución a la contribución al desarrollo de la ciudad y considerando la precariedad en que vivían.

En 1914 se asentaron las primeras casas alrededor de la plaza que lleva el nombre de su benefactor y se ubica su estatua.

En este sector residencial de obreros y trabajadores, también se instalaron industrias: Molino El Globo, la fábrica de Calzados Albano, Textil Biobío, la CGE con su imponente Termoeléctrica, cuya altura competía con los silos de la Molinera.

Esta forma de crecimiento respondía a una realidad vial, de comunicaciones y de holgura espacio ambiental. En ese contexto, había una aceptación social a la incorporación de las industrias que servían de referencia de los asentamientos humanos y hasta establecían los límites barriales.

La naturaleza y sus formas de marcar presencia también eran relevantes. Pedro del Río, por el sur se encontraba con el Biobío, por el oriente el Cerro Chepe y el poniente una obra construida, el Puente Viejo, a los pies del Cerro Caracol.

Tanto lo construido como lo natural ha sido devastado, han desaparecido barrios emblemáticos en las comunas de nuestra región, para sustituirlas por urbanizaciones que arrasan con humedales, edificios patrimoniales, etc. La única lógica presente en estas decisiones es la de mercado.

Es deber de los constituyentes trabajar porque una nueva constitución asegure una vivienda digna, a escala humana, sustentable, lo que exige establecer los principios de sustentabilidad ambiental e histórica de los barrios, que es donde se establecen las comunidades. Porque la vivienda está interrelacionada con los diversos componentes que son parte del barrio, pueblo o ciudad y por ello, el paisaje construido debe ser considerado como un acto de memoria.

Por otra parte, el medio ambiente natural de ese territorio – que es el hogar de las personas – es la fuente de los principales elementos para su subsistencia: el aire, el agua, el suelo.
Se debe garantizar “vivir en un ambiente libre de contaminación y que respete la historia de la persona humana y la historia colectiva de todas las personas del respectivo territorio”.

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