Opinión

La Bioeconomía Circular, un nuevo paradigma productivo

Los frascos de conserva ya no se conocen, la ropa se bota en buen estado, el remendador de calzado desapareció de nuestros barrios y los restos de verdura ya no sirven de alimento para animales.

Por: Diario Concepción 28 de Noviembre 2020
Fotografía: Cedida

Alex Berg
Director Unidad de Desarrollo Tecnológico, UDT, UdeC

El flujo de uso de nuestros recursos se ha vuelto lineal durante las últimas décadas: Comprar – usar – botar. Es así como cada chileno genera más de 1 kg de basura al día, ocupa 50 kg de plásticos al año y desperdicia un 30% de los alimentos que consume. Este ciclo está lejos de ser normal. De hecho, esta forma de vida no es sustentable en el tiempo y rompe con la historia, las tradiciones y la cultura de nuestros antepasados. La Bioeconomía (que se centra en el uso de materias primas biológicas y no fósiles) y la Economía Circular (que concibe sistemas productivos y hábitos de consumo que tienden a usar los recursos repetida e íntegramente) se practicaron por miles de años, de manera exitosa. Con el advenimiento de la era del petróleo y la instauración masiva del consumismo en nuestra sociedad, nos alejamos de manera progresiva de estas buenas prácticas: los frascos de conserva ya no se conocen, la ropa se bota en buen estado, el remendador de calzado desapareció de nuestros barrios y los restos de verdura ya no sirven de alimento para animales.

Existe consenso a nivel global que para enmendar el rumbo de desarrollo de nuestra civilización, debemos mirar al pasado, aprender de costumbres pretéritas y volver a encontrar formas de vida sustentables. En la Unidad de Desarrollo Tecnológico enfrentamos este desafío, buscando nuevos usos de subproductos de la industria, estableciendo plataformas de trabajo con pequeñas, medianas y grandes empresas, y fomentando el valor añadido en la cadena de valor forestal y agrícola, a través de productos y procesos de alta tecnología.

Los problemas contingentes a los que nos vemos expuestos diariamente y el cuidado de la salud de nuestras familias no deben distraer nuestra mirada de los agobiantes problemas ecológicos y ambientales que enfrenta nuestro entorno; de lo contrario, será la salud de nuestro planeta, la que se perderá por siempre.

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