Opinión

El manoseo

Ahora tenemos una oportunidad de terminar con el eterno manoseo. Podemos escribir una nueva Constitución, que seguramente contendrá muchos de los mismos principios que conocemos, pero debemos buscar fórmulas para que el listado de derechos tenga realmente un resultado como al que todos aspiran.

Por: Diario Concepción 23 de Noviembre 2020
Fotografía: Cedida | Jorge Condeza Neuber

Suena feo, pero eso es lo que ha hecho buena parte de la “clase política” con los temas que más importan a la ciudadanía. Los usan para las campañas y los plantean como canje de votos, pero a la hora de la verdad los siguen sobajeando hasta la siguiente elección.

Décadas escuchando que el sistema de AFP entrega excelentes rentabilidades a los cotizantes, increíbles utilidades a las administradoras y pésimas pensiones a la gente. Comisiones ad-hoc y múltiples expertos han diagnosticado que las tasas de remplazo serán cercanas al 30% promedio, incluyendo a los que han corrido riesgos mayores apostando a tendencias de mercado siguiendo los consejos de empresas con bolas de cristal.

Hay una necesidad urgente de migrar a un sistema mixto, de reducir las comisiones a algo decente y de construir un sistema de seguridad social de verdad. Pero nada.

El sistema de salud es otro que les encanta manosear. Pero llegados al cargo se les olvidan las promesas. Chile debe ser uno de los pocos países en el mundo en que millones de personas deben recurrir a los tribunales de justicia para impedir les suban las tarifas de los seguros privados de salud vía recursos de protección. Pero nadie hace una ley en base a esta experiencia que consume no solo recursos del sistema judicial, sino que los recursos destinados a salud ya que con ese mismo 7% se pagan los honorarios de los abogados.

Para que mencionar aquellos asuntos más dramáticos, como el Sename; las listas de espera en el sistema público de salud; el transporte público, el déficit de viviendas, los precios de los medicamentos o la cantidad de amigos y parientes en cargos públicos, todo plagado de promesas que ahora sí o nunca más.

Ahora tenemos una oportunidad de terminar con el eterno manoseo. Podemos escribir una nueva Constitución, que seguramente contendrá muchos de los mismos principios que conocemos, pero debemos buscar fórmulas para que el listado de derechos tenga realmente un resultado como al que todos aspiran. Menos desigualdad, sin discriminación, con una sociedad más respetuosa, donde los abusos y la vulneración de la fe pública sean realmente sancionados. Donde exista una real separación de poderes del estado y un menor presidencialismo. Con reglas de real participación ciudadana para que se entienda de una vez que el poder emana del pueblo y que actuamos a través de representantes y no al revés.

Y de paso incluir un revocatorio para todas aquellas autoridades que crean que manoseando los temas podrán mantenerse en el poder eternamente.

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