El resultado del Plebiscito nos habla de una voluntad mayoritaria y transversal de construir un espacio de diálogo sobre el Chile que queremos para las próximas décadas.
Rodrigo Castillo
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Corporación y Oficina Jurídica.
“El país está polarizado”, “no se puede discutir en un clima de violencia”, son algunas frases que escuchamos en las últimas semanas. Pese a ello, el resultado del Plebiscito del pasado domingo nos habla de una voluntad mayoritaria y transversal de construir un espacio de diálogo sobre el Chile que queremos para las próximas décadas.
En ese contexto, es interesante analizar las comunas en que la cifra de apoyo a una Nueva Constitución fue especialmente contundente. Algunas de ellas, a nivel nacional, fueron Freirina, Petorca, Chañaral, Tocopilla, Mejillones, La Pintana, con cifras superiores o cercanas al 90% de la opción Apruebo. En nuestra Región del Biobío, algunas de las más altas votaciones se encuentran en Penco, San Rosendo y Hualpén ¿Qué similitud tienen estas comunas? Que han sido marcadas en las últimas décadas por los principales fenómenos de desigualdad e injusticia social que vive Chile: centralismo, postergación económica, presencia de industrias contaminantes y zonas de sacrificio ambiental.
En un país en que el debate constitucional ha estado dominado en gran parte de su historia por una élite centralista y oligárquica, resulta trascendental que la visión de este Chile que se volcó de forma masiva a expresar su voluntad de cambios tenga un rol central en el debate, tanto a través de listas de constituyentes representativas de esa realidad, como del establecimiento de mecanismos de participación para las organizaciones sociales y territoriales de manera que puedan incidir de activamente en todo el proceso.
La definición de las prioridades del Estado, la distribución del poder, y un catálogo de derechos fundamentales que responda a las necesidades de vida de las personas y comunidades, son aspectos que ciertamente debieran estar marcados en el trabajo de la Convención por la alta presencia y participación de ese Chile profundo. El contenido y desarrollo de conceptos como el bien común, democracia, libertad, igualdad y justicia pueden variar enormemente si es que son pensados desde una oficina en el Sanhattan, o si se formulan desde la experiencia de quienes viven en una región extrema, una zona de sacrificio o forman parte de un grupo social discriminado o precarizado.
La oportunidad de consolidar el proceso y asegurar el derecho a la participación, dependerá en gran parte de cuan plasmada esté en él la visión de este Chile marginado por el actual diseño institucional.