Opinión

La siesta regional

Ya vamos en 200 millones de dólares de rebajas, sin contar los cientos en inversiones sectoriales, y la verdad es que las regiones siguen absolutamente dormidas, en una larga y tediosa siesta.

Por: Diario Concepción 15 de Septiembre 2020
Fotografía: Jorge Condeza Neuber

Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial
@jorgecondezan

En el presupuesto de Chile del año 2009 el FNDR representó el 1,18%, y los fondos totales de inversión que deciden las regiones llegaron a un 2,97%. 10 años después las mismas cifras fueron 0.92 y 2.68%, respectivamente. En el mismo periodo, el presupuesto global de Chile creció 72% en términos reales, aumentando el FNDR un 34% y los fondos regionales un 55% lo que se traduce en que año a año las regiones pierden peso en el gasto global.

Este año, producto de la pandemia y de la crisis económica por la que atravesamos, que incluye una pérdida de empleos sin precedentes, el ministerio de Hacienda y la dirección de presupuestos se han esmerado en quitar recursos de donde pueden. Y en esto no han escatimado formulas. En marzo y mediante un documento del ministro (Of Circ. 11) se comunicó a casi 200 instituciones públicas que debían devolver todo lo que tuvieran. Los gobiernos regionales, que básicamente reciben ordenes de la capital, se han puesto a la fecha con 60.800 millones de pesos, de los cuales nuestra región aportó con 11.566 millones y la Metropolitana con 682 millones. No es que quiera hacer una odiosa comparación, pero esto sigue siendo coincidente con la rebaja sistemática de recursos de los últimos años.

Pero el asunto no queda ahí. Mediante decretos y rebajas sin mucha explicación, el ministro y la dirección de presupuestos han dispuesto de otros 100 mil millones de pesos de los recursos asignado a regiones para el 2020 y que corresponden a aquellos que administran y deciden los gobiernos regionales, llegando al extremo de disminuir fondos que solo pueden ser modificados por alguna ley o al menos visados por el parlamento. El FNDR, el FAR y otros fondos, son asignados mediante la ley de presupuestos, pero además algunos tienen leyes específicas que distribuyen recursos mediante fórmulas y polinomios cuya estructura busca desarrollos armónicos e igualitarios entre las regiones, asunto que claramente el ministro no respeta, lo que vuelve su accionar en un acto discriminatorio y abusivo.

Más aún, vía Twitter el ministro agradece nuestra preocupación, pero aclara que las regiones han aumentado su presupuesto este año y que lo de la región metropolitana se debe entender en que: “el presupuesto por habitante de la RM es 10 veces menor que el de regiones”. 10 veces menor, dice.

Ya vamos en 200 millones de dólares de rebajas, sin contar los cientos en inversiones sectoriales, y la verdad es que las regiones siguen absolutamente dormidas, en una larga y tediosa siesta. La defensa de la regionalización se agotó hace rato y mientras el Presidente incluye en su decálogo de temas relevantes en la nueva constitución a la regionalización, los fondos siguen bajando y el peso de las regiones sigue disminuyendo. Hay bancada regionalista, hay discursos encendidos en época electoral y encolerizadas reacciones cuando se discute el presupuesto, pero la evidencia muestra que solo alcanza para eso.
Triste, pero cierto.

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