Opinión

Cumbre UE-China

La UE tiene que lograr definir, negociar y comprometer sus relaciones comerciales con China preservando los valores y exigencias político-ideológicas que la definen.

Por: Diario Concepción 25 de Julio 2020
Fotografía: Cedida

Paula Bravo Villalobos
Integrante del Programa de Estudios Europeos

Este lunes lograron encontrarse, en la 22ª reunión bilateral de la historia, los altos dirigentes de la Unión Europea y China. Cumbre que por supuesto tuvo que realizarse de manera virtual y en que, por un lado, estaban la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell. Y, por el otro, el primer ministro Li Keqiang y el presidente Xi Jinping.

En dicha reunión, los temas eran tanto variados como complejos, pues las diferencias entre ambos son profundas y siempre revisten conflicto. Sin embargo, el que quisiera destacar es el relativo a la situación de Hong Kong. Hay que recordar que en 2019 las violentas protestas lograron que China resolviera detener la “ley de extradición” que había desatado el horror entre la población, sobre todo, entre los llamados “fugitivos” por las terribles consecuencias de ser apresados por el gobierno central; sin embargo, en 2020 y casi en señal de venganza, China prepara la “ley de seguridad nacional”, que según los analistas políticos hongkoneses es diez veces peor.

Hong Kong no es China. Su status jurídico es de territorio semiautónomo con estado de derecho y sistema judicial propios; distintos del gobierno central chino y esta ley claramente es una señal de pérdida de autonomía, y una herramienta de control y vulneración de las libertades fundamentales y los derechos humanos. El analista político Chip Tsao ha señalado que “esta ley de seguridad nacional es la última batalla y confrontación definitiva de la civilización occidental y el último imperio comunista del Extremo Oriente”.

Hong Kong es el puente entre China y el mundo occidental, así como la puerta de entrada y salida de capitales, por lo que la UE tiene que lograr definir, negociar y comprometer sus relaciones comerciales con China preservando los valores y exigencias político-ideológicas que la definen, a fin de estructurar una conducción simétrica en su relación y sin la violencia verbal y las amenazas constantes que han sido la política de Estados Unidos hacia esta. Ahí podría estar el diferenciador, el plus de la diplomacia europea.

¿Será ahora el momento en que la política exterior europea pueda expandir su rol netamente económico y comercial a lo verdaderamente político (reuniendo a los 27 en un sólo discurso) y, más aún geopolítico planteándose firme en apoyo de Hong Kong y su autogobierno?

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