Se hace cada día más imperativo y acuciante lograr el acuerdo político al que nos ha invitado el Presidente y a un segundo acuerdo de más largo alcance que se haga cargo del Chile post pandemia.
Augusto Parra
Presidente Fundación República en Marcha
Se hace cada día más imperativo y acuciante lograr el acuerdo político al que nos ha invitado el Presidente y a un segundo acuerdo de más largo alcance que se haga cargo del Chile post pandemia.
La política debe estar al servicio de articular mayorías en torno al interés general y el bien común y no puede tornarse un simple sistema de autorreferencia.
El acuerdo debe hacerse cargo de establecer mínimos comunes, que hagan viable una sana convivencia, como una transversal condena a la violencia, debe hacerse cargo de la urgencia social, considerando la vulnerabilidad y el riesgo de caer en la pobreza de un 77,5% al dejar de percibir sus ingresos habituales de 3 meses como señala la Ocde en el informe “ Cómo va la vida” del año 2017 y del reciente informe de la Cepal que señala que los pobres podrían aumentar en 1 millón para comienzos de 2021, llegando a 2,6 millones en el caso de Chile.
Los contornos del acuerdo deben observar la emergencia social, cautelando ingresos e inyectando liquidez pero a la vez, hacerse cargo de los nuevos paradigmas a partir de la aceleración de procesos disruptivos de transformación en el sistema productivo, laboral, de relacionarnos y vivir. Que exige maximizar esfuerzos por avanzar en una cultura digital, cerrando la brecha digital que ha de profundizar las desigualdades y poner los mayores esfuerzos en movilizar recursos y energías de las economías lineales a las circulares, verdes y naranjas con base en la ciencia, la tecnología y el conocimiento para combatir la emergencia climática y promover una economía al servicio del bien común.
Desarrollo, sostenible en toda su extensión, social, económica e innovadora, de derechos humanos, de cuidado del medio ambiente, de gobernabilidad y gobernanza democrática para la colaboración, para el progreso contenidos en el pacto global 2030 y sus 17 objetivos.
Esto es posible sobre cinco pilares fundamentales, una agresiva agenda social, que permita avanzar en una base de protección y seguridades en materia social frente a las amenazas, vulnerabilidades y riesgos; 2) una profunda modernización del Estado que comience a implementar políticas, programas y gasto fiscal en función de objetivos medibles a través de variables y que adopte decisiones en base a datos e información adecuada para evitar el voluntarismo basado en la intuición y abrir paso a una mayor precisión; 3) Una descentralización que corrija desigualdades territoriales arbitrarias en el acceso a bienes públicos; 4) una democracia más transparentes, con instrumentos de participación y control social adecuados; y 5) una revolución ética que permita orientar los pasos del sistema económico hacia una mayor observancia del bien común.