Opinión

La peligrosa sanitización de espacios públicos con desinfectantes

La OMS viene ahora a confirmar las preocupaciones que desde el mundo científico han levantado colegas de todo el orbe.

Por: Diario Concepción 24 de Mayo 2020
Fotografía: Diario Concepción

Dr. Ricardo Barra
Director Centro Eula
Universidad de Concepción

En un reciente comunicado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda evitar la fumigación de espacios públicos para combatir la Covid-19. ¿La razón? Este tipo de acciones sería de “escasa utilidad”.

Se trata de una petición del organismo internacional, que sugiere “no rociar o fumigar espacios al aire libre como calles, aceras, pasillos o mercados para eliminar o inactivar el Sars-CoV-2 u otros agentes patógenos”, explicando, además, que las calles y aceras no se consideran rutas de infección para Covid-19.

Asimismo, el documento agrega que al ser los desinfectantes inactivados por la suciedad y los desechos “no es factible limpiar y eliminar manualmente toda la materia orgánica de dichos espacios”, argumentando que, incluso, en ausencia de materia orgánica, es poco probable que la pulverización química cubra adecuadamente todas las superficies durante el tiempo de contacto requerido para inactivar los patógenos.

Una recomendación que se da precisamente cuando vemos que el masivo uso de productos desinfectantes aplicados en espacios como calles y plazas, es una dinámica que está siendo fuertemente impulsada por los municipios, que muy bien intencionados han tratado de evitar de esta forma la propagación de la Covid-19.

Ya habíamos advertido en una columna anterior los riesgos del uso indiscriminado de estas sustancias, por lo que la OMS viene ahora a confirmar las preocupaciones que desde el mundo científico han levantado colegas de todo el orbe.

Respecto a ello, el organismo indica que bajo ninguna circunstancia es recomendable rociar a las personas con desinfectantes (como en un túnel, gabinete o cámara). Esta práctica podría ser física o psicológicamente dañina y, además, no reduciría la propagación del virus en una persona infectada.

Sin embargo, sí se recomienda, tanto en el ambiente de trabajo como también en el hogar, limpiar primero las superficies a sanitizar, para luego aplicar los desinfectantes en las dosis recomendadas por los fabricantes.

La idea es evitar efectos adversos, detectando oportunamente las medidas que a mediano o largo plazo podrían ser contraproducentes, de forma que lo que hoy pueda parecer un gran remedio, finalmente, no sea peor que la enfermedad.

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