Opinión

¿Aliarse o competir?: Ambas

La única forma de poder competir en libertad es con la colaboración de todos los miembros del mercado.

Por: Diario Concepción 01 de Febrero 2020
Fotografía: Marcelo Acosta

Marcelo Acosta
Emprendedor, experto en Fintech

Existe la creencia generalizada de que la cooperación y la competencia son polos opuestos; que la primera es invariablemente superior a la segunda para crecer en conjunto; que la segunda es inherentemente mejor que la primera para crecer individualmente: aliarse es bueno, competir es malo y es imposible que cooperación y competencia coexistan, tal como expuso Franklin Delano Roosevelt, cuando afirmaba que había que migrar a un modelo de cooperación, ya que la competencia había llegado a su máximo en términos de beneficios.

Pero sí deben coexistir. La realidad es, justamente, que ambas son órganos del mismo sistema: la única forma de poder competir en libertad es con la colaboración de todos los miembros del mercado (y el acuerdo de jugar bajo determinadas reglas), así como la única forma de cooperar y tener verdaderas alianzas es cuando estas son voluntarias y con posibilidad de elección real.

Partiendo de esa base destacamos los beneficios de participar en alianzas que resultan positivas para la sociedad, sobre todo aquellas enfocadas en el bien común, que resultan intrínsecamente gratificantes.

La alianza de varios proveedores con el fin común de beneficiar un segmento de clientes puede ser muy provechosa, siempre que no sea creada bajo coerción y no suponga un daño a otro grupo de individuos.

Las alianzas entre empresas de cara a los consumidores finales pueden ser muy buenas (descuentos o beneficios cruzados) o muy malas si resultan en detrimento de uno o más actores (colusión) atentando contra la capacidad de elegir.

En estos tiempos en que el comercio está migrando a las plataformas digitales, cuando los modelos de negocios están sufriendo todo tipo de cambios y el vaivén sociopolítico siempre es un factor que puede mover radicalmente la balanza en contra o a favor de las empresas, la alianza es una herramienta que puede llegar a ser poderosa para crecer, siempre que se mantenga foco en la libertad de opción y un efecto neto positivo para el cliente. Ese debe ser nuestro norte.

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