Los hechos acontecidos en los últimos meses a nivel nacional han estremecido la estabilidad de organizaciones y locatarios, generando dudas sobre el efectivo resguardo, tanto de la integridad de las personas como de las instalaciones.
Desde hace algunas semanas, posterior a las primeras movilizaciones vividas en nuestra ciudad, los locales comerciales comenzaron a tomar algunas medidas de protección cubriendo portales, ventanales, vías de ingreso y salida, lo que además de dar un aspecto tétrico a la ciudad, trae otras consecuencias que muchas veces no se consideran.
Para los locales de alto flujo de personas como bancos y centros comerciales en general, los diseños de su infraestructura contemplan varios accesos y salidas, pensando en el movimiento de las masas de gente y la preparación frente a un evento de emergencia que requiera una respuesta rápida. Al revestir estos accesos, se podrían originar problemas a la hora de requerirse evacuar el edificio.
Iluminación y ventilación de los locales también se ven afectadas. Al cubrir los ventanales, la luz se ve reducida, ya que generalmente son diseñadas en conjunto. Las condiciones de encierro y, en algunos casos cubrir los ductos y salidas de los sistemas encargados de ventilar o renovar aire, generan que aumente el CO2 en el ambiente. El alto contenido de este gas produce un efecto de somnolencia en las personas, además de simular una condición comparable al efecto invernadero del calentamiento global.
Si miramos todo lo identificado: aumento de temperatura, alto contenido de materiales combustibles y la presencia de oxígeno; preparan una especial condición para que se produzca un incendio, y eso es dejando de lado la variable de las manifestaciones con instrumentos combustibles.
Se vuelve importante entonces, una vez más, la labor que desempeñan los expertos en Prevención de Riesgos, quienes deben preparar a los trabajadores; instarlos a estar atentos a las condiciones que se den para dar respuesta a estos eventos; revisar, mantener y aprender a usar los sistemas de alerta y extinción (ya sean extintores, redes húmedas, redes secas, alarmas) y tener presente el llamado a los números de atención de Ambulancia, Bomberos y Carabineros.
A los empleadores, el llamado es a dejar de lado los intereses materiales e invertir en sus trabajadores, formándolos en primeros auxilios y maniobras para salvar vidas.
Robert Otárola Altamirano
Ing. Prevención de Riesgos USM sede Concepción