Opinión

Un potente plan de reactivación económica

Por: Diario Concepción 09 de Diciembre 2019
Fotografía: Andrés Ulloa

En casi cualquier circunstancia el plan recientemente anunciado por el gobierno sería considerado ambicioso. Más de 5.500 millones de dólares, o sea casi 2% del PIB para reactivar la economía podría ser macizo, contundente o una buena señal, pero en estas circunstancias podría llegar a ser un simple saludo a la bandera. Esto porque el problema de Chile hoy es institucional, político y delictual.

Las instituciones casi no funcionan, los partidos políticos están preocupados de su legado y la policía desbordada. “Que Dios nos encuentre confesados” solía decir mi padre cuando las dificultades arreciaban. Estamos frente a una tormenta perfecta, tormenta auto infringida, conducidos a ciega hacia un norte incierto. Y debemos esperar dos años más para saber si llegaremos a tierra o daremos un salto al vacío.

Espero equivocarme, pero desde la crisis del año 1982, en que rompimos varios récord de mal desempeño, que la situación económica de Chile era tan pesimista. Aunque hoy, y gracias a los mismos gobiernos que una gran mayoría ha tratado de ineptos, estamos en mejor pie para soportar estos meses sombríos ya que tenemos capacidad de deuda y podemos recurrir a ahorros. Pero esta “economía” es como una bicicleta que si agarra vuelo por el descampado nos podemos ir por el barranco. En los ochenta al menos la conducíamos hacia un norte relativamente cierto, aunque lejano y nos costó casi 10 años. Hoy no sabemos a dónde vamos. Ese es el problema de la hoja en blanco, completa incertidumbre para todos los ciudadanos de este país.

Por de pronto, necesitamos con urgencia recuperar el orden, porque sin orden, ningún paquete económico, ni agenda social, ni reforma política será sostenible. Es imperativo que todos los sectores se den cuenta de la gravedad que estamos viviendo, si recuperamos el orden y la convivencia, estos 40 días habrán valido la pena y podremos trabajar en lo importante, sino los recordaremos como el inicio del fin del ciclo del jaguar latinoamericano.

Andrés Ulloa
Académico UCSC

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