Opinión

Los gritos pegados en las paredes

Por: En el Tintero 05 de Diciembre 2019

Se ha empleado con exceso la advertencia de lo que suele ocurrir con el río revuelto, para dar a entender que allí los pescadores hacen su agosto, debe ser por eso que nunca faltan los que están dispuestos a emplear generosos recursos y no pocos esfuerzos para el mantenimiento de ese redituable estado fluvial.

En condiciones como esa, es posible atrapar toda suerte de peces, sobre todo, esos peces nuevos, con poco conocimiento de experiencias pasadas. La condición adversa en el presente, se presta para tirar los anzuelos de nuevo, puede ser mediante el bombardeo de ideas escépticas, transmitir el desgano, la desconfianza e insinuar que es mejor el gobierno de nadie, u otra forma de gobierno donde no estén los que ahora están y si estén los que ahora están afuera, una propuesta bastante razonable, si fuera cierto que, sistemáticamente, lo que están son malos y buenos los que les reemplacen.

Algunos siglos de ensayos políticos no han sido suficientes para dar a entender que no hay salidas simplonas, que la democracia no se puede manipular con desenfado y buenas intenciones, que es complejo encontrar el máximo común denominador, aquella condición que deje a todos contentos. Muchos de los autores de los escritos que adornan nuestros muros saturados con frases incendiarias, que identifican a integrantes de la sociedad que debieran ser extirpados de modo definitivo, se sorprenderían al saber que no están haciendo otra cosa que repetir consignas antiguas y no pocas obsoletas, acciones que ya se han ensayado con resultados dudosamente felices.

Es justamente ahora, cuando hay tanto que hacer, que debiera haber mucha razón sinceramente comprometida y poca pasión transitoriamente inflamada.

PROCOPIO

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