Circulamos con toda naturalidad por la calle Pelantaro, que en el tablero de ajedrez del trazado de calles de Concepción corresponde todas aquellas que reciben nombres de mapuche famosos, no todos se dan cuenta que corresponde a Pelantarú, en mapudungún Halcón Luminoso, uno de los grandes estrategas de la guerra de Arauco.
Los mapuche locales habían colmado su paciencia con la invasión de los españoles, que no se limitaban a la construcción de nuevos fuertes, que no les bastaba con el terreno ya conquistado, sino, y sobre todo, por el mal trato dado a los indígenas, a los servicios personales despiadados impuestos en los lavaderos de oro y en las plantaciones.
Ante la amenaza del levantamiento, el capitán Hernando Vallejo, de la ciudad de Angol, pidió auxilio al gobernador, Martín García Ónez de Loyola, que andaba en el sur, éste acudió, con 50 soldados y 300 indios auxiliares acampando en Curalaba, junto al río Lumaco, el día 24 de diciembre de 1598, allí lo sorprendió Pelantaro, quien había seguido de cerca todos sus movimientos, esperando en la noche y atacando al alba, no se salvó prácticamente nadie, sólo un cura franciscano y un soldado que se hizo el muerto. Así muere el segundo gobernador español con tan infausto destino, después de Pedro de Valdivia. Con esto, los mapuches iniciaron un levantamiento general que terminó finalmente con la destrucción de las ciudades al sur del río Bío Bío, con la excepción de la ciudad de Castro.
Por eso, cuando pase por Pelantaro, trate de pasar inadvertido.
PROCOPIO