Pamela Espinosa B.
Psicóloga, coach profesional Pontificia Universidad Católica de Chile
bac.cafeconcepcion@gmail.com
Cada vez que leo las noticias, me deja pensando el ver cómo se desacreditan entre ellos la mayoría de las personas vinculadas a la política. Sin importar su ideología, la mayor parte de los esfuerzos se basan en la competencia más que en la búsqueda de aspectos en común y fortalezas. ¿Qué ocurriría si toda la inteligencia desplegada en estrategias para atacarse y defenderse fuese utilizada para crear soluciones?
No crea que estoy siendo idealista. La base de la metodología de los equipos de alto desempeño (capaces de construir soluciones creativas, efectivas y más económicas que uno tradicional), no está constituida por personas que piensan igual o tienen la misma especialidad profesional, sino por individuos con pensamientos y competencias diversas, pero con una meta clara en común.
Este método permite hacer análisis más amplios, asertivos y creativos. En el ámbito la salud, los mejores diagnósticos y tratamientos son los que se entregan a los pacientes después que un equipo multidisciplinario analiza la situación.
¿Qué ocurriría si el pensamiento verde, el social y el empresarial se reunieran a crear alternativas creativas y asertivas, que beneficien a la mayoría y favorezcan el desarrollo?
En el artículo “The heart of appreciative strategy” (2003), la PHD en Management J. Stavros y Sutherland, se señala que los modelos empresariales y de pensamiento actual, en su mayoría tienen un pensamiento bélico que tiende a “matar a la competencia”. Aunque eso fuera apropiado en el pasado para la supervivencia, no lo es ahora en nuestro mundo interrelacionado. Si se planifica sobre la premisa de la amenaza y la escasez, se tiende a adoptar un modelo de dominación, creando enemigos y acciones agresivas”, con una mentalidad de “Divide, dirige, compite y conquista”, lo cual crea un mundo de ganadores y perdedores.
Sin embargo, en el mundo globalizado de hoy, no nos damos cuenta que cuando “derrotamos” a nuestros supuestos enemigos, se provoca un impacto negativo en todo el sistema, del cual también formamos parte.” Los últimos hallazgos en desarrollo organizacional nos reportan que la colaboración, más que la competencia desmedida, logra desempeños y resultados notablemente mejores y con menores costos.
El enfoque de la psicología positiva, que encarna esta visión, aporta valiosísimas herramientas para construir equipos de trabajo basados en fortalezas más que en diferencias, y los resultados son sorprendentes.