Opinión

Lecciones del tornado: la importancia de adelantarse a las consecuencias

Por: Diario Concepción 25 de Junio 2019

Mañana llega el invierno y pareciera que todo está normal en el ambiente, aunque si hacemos memoria, fue hace menos de un mes que en la Región del Bío Bío vivimos dos días de tornados que dejaron cientos de afectados no solo por la destrucción de la totalidad o parte de sus hogares, sino por el permanente temor a que estas situaciones se puedan volver más frecuentes a raíz del cambio climático.

Producto de esto, nos parece que son dos los temas importantes y a la vez urgentes a enfrentar, tras la primera solución que el Gobierno y/o las familias de manera particular asumieron: la necesidad de evaluar la normativa vigente en materia de construcción, en lo que se informó ya está trabajando el Ministerio de Vivienda y Urbanismo; y los consejos a la ciudadanía. En el primer punto, el sector académico puede ser un gran aliado y estamos dispuestos a contribuir. Es cierto que vivir un tornado no es frecuente, sin embargo, las intensas granizadas de la semana pasada en el Gran Concepción nos hacen ver de manera no tan lejana aquellos eventos que antes solo veíamos por televisión y cuando niños nos generaban pesadillas a través de relatos de ciencia ficción. Es precisamente a través de la ciencia, pero de la real, que podemos ir avanzando para que finalmente las personas vivan y se sientan más protegidas. Y aunque parecieran situaciones poco frecuentes, Chile debe estar preparado y no solo reaccionar ante estos hechos, ya que mientras no cambien las normas, las construcciones seguirán siendo con los mismos parámetros que se utilizaron para cientos de casas que se vieron afectadas por los vientos que alcanzaron en algunos casos cerca de los 200 kilómetros por hora.

En cuanto a daños, constructivamente las viviendas sufrieron principalmente roturas o voladuras de techos y ventanas que son los elementos que están en el perímetro con el ambiente. En ese aspecto, es necesario tener más precaución en la fijación de las techumbres, no solo por la posibilidad de perder un techo, sino además por el riesgo a que caiga sobre personas. Otro foco de atención deben ser los vidrios. De hecho, actualmente se recomienda el uso de termopaneles, ventanas con doble vidrio mucho más resistentes tanto térmicamente como para recibir impactos. Otra opción son los vidrios antiastillantes y las láminas de seguridad, de un costo no tan alto y que permiten evitar mayores daños. Especial atención es necesario tener con aquellas construcciones realizadas de manera doméstica como habitaciones extras y cobertizos. Todo esto, que podría parecer de Perogrullo, en definitiva, son medidas de mitigación para asegurar la protección de las personas.

Por estos días circuló un meme que decía que ocho  de cada diez desastres naturales prefieren Chile. Gracioso y quizá cierto, pero lo más importante es que nos permite constatar que debemos poner atención a cómo la humanidad se vincula con la naturaleza y, por ende, con  sus diversas manifestaciones. El terremoto nos recordó que el mar siempre retoma su lugar, por lo que las ciudades costeras deben prepararse para convivir armónicamente; los incendios forestales, sea cual sea su origen, nos impulsan a generar tanto estrategias de manera individual -como los materiales utilizados en la construcción o las plantas que se tienen en los jardines- como colectivas, tales como los cortafuegos. Y es que si bien la naturaleza es impredecible, la prevención de riesgos y reducción de daños sí está a nuestro alcance.

Cristopher Pérez y Sergio Monroy
Docentes del Departamento de Construcción
USM Concepción

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