Opinión

Father Matters

La verdadera equidad de género no puede alcanzarse si los hombres no asumimos el 50% de las tareas de cuidado y crianza.

Por: Diario Concepción 18 de Junio 2019
Fotografía: Cedida

Pablo Vergara Barra
Investigador Observatorio de Parentalidad (OPA) de la Universidad de Concepción y Académico Depto. Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción

Luego de un épico combate, en un arranque de sinceridad taquigráfica Darth Vader le declara a Luke Skywalker en la Guerras de las Galaxias que él es su padre, sin mediar previo aviso ni historias de vidas en común más allá de su propia concepción. Sin querer el cine, la vida y las propias experiencias años más tarde fueron dándome señales que el ser padre y, en específico, la paternidad es un constructo caleidoscópico que está en constante deconstrucción y evolución.

Me fui enterando que una sana participación de la figura paterna en las labores de crianza incide en la calidad de la dinámica familiar, aliviana la carga de trabajo de la pareja, media como soporte emocional hacia otros miembros de la familia, promueve la reducción de la discordia familiar y la violencia doméstica.

Al mismo tiempo, supe que los padres que mantienen interacciones cercanas y comprometidas con los suyos tienden a vivir en promedio más tiempo, tienen menos dificultades de salud mental y/o física, son menos propensos al abuso de alcohol y drogas, son más productivos en el trabajo y manifiestan mayor bienestar que aquellos que se relacionan con los suyos desde un rol más distante.

De acuerdo a los datos del reporte de Estado de la Paternidad en América Latina y el Caribe del año 2017, alrededor del 80% de los hombres nos convertiremos en padres en algún momento de nuestras vidas, lo que releva la importancia del rol paterno como una variable que impacta no sólo al  bienestar individual y familiar de niños y niñas, sino que también a los incipientes avances en equidad de género de los cuáles hemos sido testigos en los últimos años.

En Chile, según datos de la última evaluación realizada por la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI), en el 54% de los hogares chilenos hay corresponsabilidad en la crianza, en este panorama se destaca la madre como cuidador principal en casi el 96% de los hogares y los padres asumen un rol de cuidador secundario con una presencia casi del 76%, cifra poco balanceada considerando el/la cuidador/a principal y secundario/a.

En este sentido, la sana implicación y el aumento de la participación paterna en las labores de crianza pareciera llegarnos como una declaración de principios soberanos resultantes de actos políticos y sociales que nos empujan a plantearnos pragmáticamente la siguiente idea fuerza: la verdadera equidad de género no puede alcanzarse si los hombres no asumimos el cincuenta por ciento de las tareas de cuidado y protección que requieren las labores de crianza.

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