Opinión

La vida optimista

Significa aprender a blindarse frente a los contratiempos y tomar el control, desarrollando estrategias para aprender de los errores.

Por: Diario Concepción 11 de Junio 2019
Fotografía: Diario Concepción

Pamela Espinosa B.
Psicóloga, Coach Profesional Pontificia Universidad Católica de Chile.
bac.cafeconcepcion@gmail

Quiero compartir con ustedes algunas de las conclusiones del doctor Martin Seligman quien ha dedicado más de 20 años a la investigación clínica de la felicidad, y nos entrega algunas reflexiones respecto a lo que significa llevar una vida optimista.

La vida causa los mismos contratiempos y las mismas tragedias tanto a la gente optimista como a la gente pesimista, sin embargo, las personas optimistas saben afrontar de manera mucho más constructiva los contratiempos de la vida.

Según demuestra la investigación las personas que tienen actitudes positivas frente a la vida son capaces de rearmarse después de una derrota y si bien han sufrido pérdidas, son capaces de recomponerse para volverse a parar y seguir luchando. Sin embargo, las personas que tienen hábitos de pensamiento pesimista, frente a la adversidad se desmoronan, se rinden fácilmente y caen frecuentemente en depresiones.

Las conclusiones son claras respecto a los beneficios de una mirada positiva de la vida: gracias a la capacidad de reacción de la gente optimista, estos son capaces de alcanzar mejores resultados en el trabajo, en la vida, en el colegio y en el deporte; ascienden más rápido en sus carreras profesionales y si se dedican al mundo de la política son más elegidos por los votantes que las personas pesimistas. Las personas pesimistas, incluso cuando las cosas resultan bien se sienten asediados por pensamientos anticipatorios catastróficos.

La buena noticia es que la investigación nos dice que si usted ha nacido en un ambiente de pensamientos negativos, sí podemos aprender a tener pensamientos aterrizados y optimistas; Para lograrlo necesitas ser consciente de tus diálogos internos automáticos que tienden al pesimismo, a detectarlos y luego hacer el esfuerzo de cambiar tu manera de pensar.

También puedes aprender a sacarle partido a tu pesimismo utilizándolo para diseñar distintas respuestas y alternativas a las posibilidades de que las cosas no resulten bien, pero no te quedes pegado en que todo va salir mal, utiliza este impulso para preparar múltiples planes en caso de que las cosas no resulten como lo tienes planificado.

Ser optimista no significa hacer la “vista gorda” a los errores ni dejar de reconocer las derrotas, por el contrario significa tener los pies en la tierra y ser consciente de que cuando las cosas no resultan como quieres es cuando necesitas reunir fuerza, darte cuenta de que no es algo permanente y pararte nuevamente.

Convertirse en optimista no es ser egoísta ni presentarse a los demás con aire de superioridad, sino que significa aprender a blindarse frente a los contratiempos y a aprender a tomar el control. No necesitamos un optimismo ciego, aprendamos a recurrir al sentido de realidad que tiene los pesimistas cuando sea necesario, pero no sigamos eternamente encerrados en esa oscuridad. Contraste sus creencias con la realidad y tome conciencia del poder real que usted tiene para construir un mundo más feliz y satisfactorio.

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