Dónde construir en Concepción es una pregunta del millón de dólares, con un algo de preocupación y mucho de cálculo, las inmobiliarias informan que en nuestra ciudad no queda mucho paño que cortar en lo que a terrenos disponibles para la construcción se refiere, que no queda otra que trepar por los cerros o secar humedales y cortar árboles, so pena de densificar todo lo densificable.
Todas esta proyecciones, bajo la interesante sombra del alza de precio de los terrenos, de la benemérita ley de la oferta y la demanda, que también reconoce, desde antiguo, diversas técnicas para hacerla operar favorablemente al que la emplea con sabiduría.
Es también interesante observar que, como producto del terremoto o años de descuido y desregulación, que para efectos prácticos es más o menos lo mismo, grandes extensiones de Concepción tienen potencialidades enormes para la reconstrucción, sin tener que esperar por iniciativas neronianas. Extensos sectores de edificación precaria, de urbanización casi inexistente, de condiciones sanitarias rudimentarias. No a kilómetros de rural marginalidad, no extramuros, sino a pocas cuadras del corazón mismo de la ciudad.
En esos sectores de la urbe hay patios de estacionamiento, se vende todo tipo de cosas, incluyendo alimentos, pescados y mariscos, productos del agro y de las infinitas industrias chinas. No son justamente un regalo para la vista o ejemplo de modernidad. Son esas las zonas que esperan desarrollo y progreso urbano, hay sitio de más para remodelar la ciudad, con las debidas compensaciones, con el debido respeto a la propiedad, planificadamente, no tiene para qué ser ahora mismo, pero habría que empezar.
PROCOPIO