Por más que nos preparemos, por más que planifiquemos acciones y destinemos recursos, personas y equipos, a cada verano la ciudadanía es sorprendida por los incendios que arrasan con una gran cantidad de hectáreas en la Región del Bío Bío. No se puede anticipar dónde comenzarán los focos, el número de siniestros ni la extensión del territorio que será consumido por la llamas.
Este 2019, no ha sido distinto, con más de mil incendios, lo que significa un 13% más que en la temporada pasada. Sólo en la comuna de Quilaco fueron 900 hectáreas quemadas. Tan serio es el asunto que el ministro del Interior (s), Rodrigo Ubilla, decretó Estado de Excepción constitucional -o estado de catástrofe- para tres zonas del país por los incendios forestales. La medida especial afecta a toda la Región del Bío Bío, menos las comunas de Concepción y Talcahuano, más buena parte de La Araucanía y Los Ríos.
Como todos los años, los organismos de seguridad logran detener a personas que podrían estar implicadas en la generación de los incendios. Según se ha divulgado, la estadística indica que más del 90% de los incendios son provocados por el hombre, de manera intencional o por negligencia. Es por ello que es necesario insistir no sólo en la prevención, sino que también en las sanciones para los responsables de causar los siniestros. La cantidad de recursos necesarios para combatir las llamas, las pérdidas económicas de los territorios en llamas, los daños al medio ambiente y a la vida de personas y animales lo hacen una necesidad imperiosa.
AQUINO