Opinión

De autonomía y democracia

La democracia debe estar en condiciones de enfrentarse a sus propios errores y deficiencias.

Por: Diario Concepción 23 de Enero 2019
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Andrés Cruz Carrasco
Abogado, magíster Filosofía Moral

Por autonomía debemos entender la capacidad que tenemos para reflexionar y determinarnos nosotros mismos. Para deliberar y actuar con arreglo a diversas posibilidades que podamos escoger. El proyecto de autonomía se funda sobre la plataforma de un proyecto de emancipación que tiene por objetivo liberar a los individuos de jerarquías, instituciones, tradiciones y pertenencia a grupos familiares, o a comunidades de cualquier naturaleza.

Es la promesa realizada para que cada uno pueda adoptar sus objetivos, sus valores y las prácticas que resulten conformes con el camino que cada uno ha elegido para alcanzar su felicidad de manera independiente de toda presión y limitación que pueda ser impuesta por otros. Es el ideal de fundar sobre esta autonomía del ser humano libre y racional la legitimidad de una sociedad. Esta autonomía debe materializarse sobre la base de ciudadanos que pueden ser legítimamente críticos. Es esta capacidad y prerrogativa para ser críticos lo que configura el corazón del orden democrático. Todas las decisiones adoptadas por parte de quienes ejercen el poder soberano pueden ser inmediatamente y en cualquier momento sometidas a escrutinio. Para el ejercicio de este derecho resulta ser indispensable que el sistema reconozca las instituciones a través de las que podrá recurrirse con tal objeto. Los contrapoderes resultan ser esenciales para el desenvolvimiento de la ciudadanía, debiendo reconocerse la diversidad e incluso la oposición entre los diversos grupos sociales.

La democracia debe estar en condiciones de enfrentarse a sus propios errores y deficiencias, por cuanto ha sido gestada por y para el desenvolvimiento de erráticos y falibles seres humanos, debiendo contemplar la opción de enmendar las elecciones precedentes y de contrarrestar las decisiones adoptadas por quienes han sido legalmente elegidos para el ejercicio de diversos cargos. Con la democracia se renuncia a la utopía de afirmar la existencia de algún “bien absoluto”, afirmándose sobre la complejidad de las relaciones entre individuos socialmente vinculados. Deben convivir diversos ideales en su seno.

La autonomía del ser humano no debe ser sólo política. Debe ser condición de todas las relaciones interpersonales, de modo que éstas sean igualitarias y libres entre todos los individuos, admitiendo las preferencias, calidades y capacidades de todos para desenvolverse con arreglo a sus propias competencias, para no imponerse ni absorber al otro, sino que colabore y lo acepte como es, integrándolo y no sometiéndolo conforme a los intereses egoístas de unos pocos.

Etiquetas