Opinión

Educación: de nuevo formas y no fondo

El Gobierno defiende el mérito académico por sobre otras variables, lo que al final potencia la segregación.

Por: Diario Concepción 17 de Enero 2019
Fotografía: Cedida

Felipe Vergara
@felipevergaram

Recientemente, el Presidente Piñera firmó un nuevo proyecto educacional llamado “Ley de Educación Justa”, que viene a reemplazar la actual Ley vigente y que, dicho sea de paso, ni siquiera está implementada en un 100%.

Ante ello, lo primero que se me viene a la mente es por qué el Gobierno se empecina en dedicarse a un proyecto que va a servir a un pequeño porcentaje de alumnos y no enfocarse en la gran parte de nuestros estudiantes que hoy no están aprendiendo bien; o por qué no enfocar su energía en sacar adelante el proyecto de subvenciones a la educación parvularia, que fue previamente anunciado, pero todavía no presentado.

Para muchos, las razones son, por un lado, que la ministra Cubillos no está enfocada en mejorar la calidad, sino en fidelizar a sostenedores particulares subvencionados; pero, también, que La Moneda requiere distraer la atención y así disminuir la presión sobre el ministro Chadwick. En cualquiera de los casos, de ser así, es importante recordar que con la educación de nuestras generaciones no se juega.

Lo que pretende el Gobierno es defender el mérito académico por sobre otras variables, así lo planteó el Presidente Piñera al argumentar que una de las razones para restablecer la selección en la “industria de la educación” es porque restringe la libertad y el derecho de los padres de elegir la educación de sus hijos. De esta forma y bajo dichos parámetros, pareciera que La Moneda buscarse la competencia y la defensa de los privilegios de algunos, a sabiendas que el mérito al que se refieren está directamente relacionado al nivel socioeconómico.

Lo paradójico y olvidado de esta discusión es que si medidos a Chile por la prueba Pisa, obtenemos un promedio de 443 puntos, frente a los 492 de la Ocde. Ergo: el mérito es nuevamente, un elemento discriminador y, por ende, pudiésemos deducir que el actual Gobierno quiere seguir incrementando la desigualdad en vez de “nivelar la cancha”. Ya la última Casen confirmó un empeoramiento en la equidad y justicia social; pero, además, según el Coeficiente Gini, Chile se ubica como el séptimo país más desigual del mundo.

Con todo ello, el Gobierno cofunde el fondo de la discusión y en vez de priorizar las metodologías de enseñanza, la calidad docente y el mejoramiento de nuestras aulas, está empecinado en potenciar la segregación y el exitismo.

El mérito va mucho más allá de un resultado académico, lo que lamentablemente ni siquiera está considerado dentro de la actual medición de excelencia.

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