Elizabeth Venegas Arias
Nutricionista Coordinadora Académica Nutrición y
Dietética Universidad del Desarrollo
En general, las alergias pueden tratarse y prevenirse en la medida que se conozca la sensibilidad y el listado de alérgenos que gatillan la alergia. Sin embargo, es factible exacerbar una reacción o desarrollar una nueva consumiendo alimentos con alérgenos llamados ocultos y que reacciones en forma cruzada con otros alérgenos gatillando una reacción indeseada y muchas veces peligrosa.
La patología alérgica incluye un amplio abanico de manifestaciones clínicas. Los alérgenos, antígenos proteicos, son cada día más conocidos y estudiados, actualmente se habla de alérgenos especie específicos; obligando a precisar el diagnóstico a través de técnicas moleculares, de alto costo, consiguiendo identificar a los niños de riesgo, para lograr modificar el curso de la enfermedad con un tratamiento inmunoterápico.
Las llamadas alergias alimentarias (AA) se definen como una reacción adversa que presenta un individuo tras la ingesta de un alimento, producida por reacciones de hiper-sensibilidad mediadas por InmunoglobulinaE (IgE). Su prevalencia actual en niños es de 6-8% y en adultos de alrededor de un 3%. Un 90% de las AA se concentran en los alérgenos que contiene el huevo, leche de vaca, soya, pescado, trigo, maní y nueces.
Existen también alérgenos ocultos, por su presencia inadvertida en un producto (alimentario o no) de una sustancia capaz de producir reacción alérgica. Un alérgeno es menos peligroso si es evidente y se evita; puede llegar a ser mortal si es inevitable o inesperado. Productos que pueden contener alérgenos ocultos: componentes presentes en los alimentos: ingredientes, aditivos, trazas; productos de higiene: jabones, cremas y aceites, toallitas de bebés, etc. (con leche, huevo, frutos secos, soja); materiales escolares: tizas, plastilina, maquillaje, pinturas, etc. (con leche, huevo, soja, legumbres, cereales…); juguetes y material didáctico: látex y síndrome látex-frutas.
Respecto de la prevención, es cierto que, en décadas anteriores, se recomendaba dietas de evitación en niños de alto riesgo, sin embargo, la alergia a alimentos ha aumentado en los países industrializados. De ahí que los consensos internacionales actuales no recomienden intervenciones dietéticas en la madre durante el embarazo. Podría, además, suponer un déficit nutricional para la madre y el feto. Actualmente, las únicas recomendaciones con evidencia para ser indicadas son: lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses, e introducción de sólidos a partir de los 6 meses, de manera progresiva, según las recomendaciones del pediatra.