Recientemente, entró en vigencia la Ley de Convivencia de Modos de Transporte, también conocida como “Ley de Convivencia Vial”, que tiene como principal consigna mejorar la relación de los diferentes métodos de transporte que circulan por la ciudad.
La normativa viene a remplazar la antigua Ley de Tránsito promulgada en 1984, y modificada por última vez en 2009, poniendo énfasis en la seguridad de los usuarios más vulnerables a accidentes de transporte, como lo son los peatones y los ciclistas.
Además, busca equiparar el espacio vial de todos los medios de transporte y quienes incumplan estas medidas arriesgan una sanción monetaria que puede variar entre los 0,2 y 0,5 UTM, es decir entre 10 mil y 24 mil pesos.
Sin embargo, la iniciativa se ha visto envuelta en críticas por parte de Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), que advirtió que las calles no están preparadas para implementar esta legislación como corresponde.
En el caso de nuestra Región y, principalmente, en la intercomuna, cada vez son más los espacios para el tránsito de los ciclistas, incluso con ciclovías en arterias céntricas de algunas ciudad. Por ello, es importante que esta normativa se dé a conocer de una manera adecuada, llegando a todos los involucrados: automovilistas, ciclistas y peatones.
Y como toda ley, más allá de lo que dicen las letras, su espíritu es lo principal. Independiente que se sumen restricciones, normas o cualquier tipo de acción regulatorio, lo fundamental es que todos quienes convivan diariamente sean empáticos con el otro. Es la única manera de poder llevar una convivencia sana.