Opinión

Querido amigo, descansa en paz

Por: Diario Concepción 13 de Noviembre 2018
Fotografía: Cedida

Rodrigo Díaz Wörner

Conocí a Francisco Miguieles en la Universidad de Concepción a mediados de los años 80. Era un estudiante de ingeniería y dirigente de la JS Almeyda. Con el retorno a la democracia, como muchos otros jóvenes que participaron del proceso de recuperación de la misma, no siguió la carrera política, optando por hacer una carrera profesional en el mundo privado, pero sin perder su ánimo de construir una mejor región para todos.

Con el correr de los años nos volvimos a encontrar. Él trabajaba en IRADE y como parte de la primera generación del Diplomado en Habilidades Directivas que organizaba dicha institución junto a la Universidad de Chile, le correspondió recibir a quienes cursaríamos su segunda versión. Lo vi entonces haciendo lo que más le gustaba: trabajando por generar un clima de confianza entre el mundo público y el sector privado regional, dando origen a la llamada “Agenda del Bío Bío”, que con su ánimo colaborativo y realizador, nos inspiró a varios.

La máxima de ese grupo, donde Francisco ocupó un rol preponderante, era privilegiar los acuerdos y trabajar para concretarlos sin esperar el “permiso” de Santiago; y en cada conversación que teníamos, él se encargaba de transmitir ese espíritu.

En 2014, cuando asumí como intendente del Bío Bío, Francisco era el gerente general de IRADE y ya en la primera reunión con el Directorio me fueron transmitidas sus ganas de generar puentes entre el sector público y el privado, para así apoyar al desarrollo de la Región.

Fueron cuatro años intensos, donde el trabajo de Miguieles fue fundamental para concretar proyectos que el Bío Bío llevaba años esperando, como la Estrategia Regional de Desarrollo, el salvataje y proyección de Desarrolla Bío Bío, la internacionalización de la Región y sus alianzas con China, el Comité de Desarrollo Regional, el desarrollo de las industrias creativas y el proceso de agregación de demanda que permitió a numerosas empresas obtener mejores precios en energía.

Cuando se declaró su cáncer, me impresiono su fortaleza para hacerle frente a la enfermedad, mostrando lo apasionado por la vida y lo preocupado que era por su familia, dejando en claro –cada vez que le preguntaban- que aún tenía muchas ganas de seguir concretando los sueños de la Región.

Admiro profundamente a Francisco, porque demostró que es válido y posible contribuir desde la colaboración. Que las agresiones y descalificaciones que parecen imponerse, no son la única alternativa. Que la amabilidad, el rigor profesional y la construcción de acuerdos, están plenamente vigentes. Y esas características que él supo tan bien plasmar y transmitir, deben inspirarnos a todos los que soñamos con una mejor región. Así, honraremos su memoria como él se lo merece. Querido amigo, descansa en paz.

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