Opinión

A propósito de fascistas

Por: Diario Concepción 16 de Octubre 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Andrés Cruz Carrasco
Abogado y magíster en Filosofía Moral UdeC

En 1995, Umberto Eco pronunció la conferencia titulada “El fascismo eterno”, que se refiere a como la irracionalidad que casi hace sucumbir al mundo, hoy parece estar de vuelta. “Si reconciliación significa compasión y respeto hacia todos aquellos que combatieron su guerra de buena fe, perdonar no significa olvidar… Nosotros estamos aquí para recordar lo que sucedió y para declarar de manera solemne que < < ellos > > no deben volver a hacerlo”.

El retorno del fascismo será con un ropaje a la medida de las masas, impresionables por la pirotecnia mediática y manipulable por la información falsa o exagerada que se hace correr por las redes. Se alimenta del descontento, de la desesperanza y la desconfianza hacia la institucionalidad democrática, siendo su sustrato filosófico débil, por no decir inexistente, siendo a lo más “un collage de diferentes ideas políticas y filosóficas”.

Es pura farfulla retórica populista y violenta que se nutre del fracaso y la corrupción del político profesional. En la inestabilidad y el vaciamiento de la democracia ven una oportunidad.

Ante la amenaza del advenimiento de grupos de izquierda, no faltan los liberales que ven en ellos una alternativa viable, más aún cuando le ofrecen una mano a las ideas económicas que satisfacen a quienes concentran el poder.

Proclama profundos cambios, pero suele ser apoyado por los sectores más conservadores e integristas desde el punto de vista valórico y religioso. El discurso fascista se construye sobre la base de la emoción en estereotipos y prejuicios.

Hoy en día algunas agrupaciones que se dicen patriotas o nacionalistas pueden parecer una anécdota en la plétora de organizaciones existentes, pero eso no impide que mañana sean ungidos como las mayorías que supriman la libertad de prensa, desmantelen sindicatos y encarcelen o asesinen a los disidentes políticos, transformando a los órganos legislativos y judicial en meras ficciones. Según Eco: “se puede jugar al fascismo de muchas maneras y el nombre del juego no cambia”.

Se ampararán en el culto a la tradición, sospecharán siempre de la cultura, sin tolerar la crítica que no será otra cosa que traición, se valdrán del miedo hacia lo diferente, lo que los hace xenófobos e intolerantes con las minorías de toda naturaleza, siendo elitistas, homofóbicos, militaristas y machistas, despreciando al pueblo llano por ignorantes y flojos, levantando el culto por un héroe con vocación de sacrificio.

El fascismo volverá, con apariencia inocente y desde dentro, por ello nuestro deber es desenmascararlo, porque la liberación es una tarea que no se termina nunca.

Etiquetas