Opinión

Educar para hacer frente al aumento del VIH/Sida

Por: Diario Concepción 22 de Septiembre 2018
Fotografía: IniciativaLaicista.cl

Sebastián Jans Pérez
Gran Maestro de la Gran Logia de Chile

El notorio aumento de contagios con el virus VIH que llevó al Ministerio de Salud a poner en marcha con urgencia un Plan Nacional para el Control del VIH/Sida basado en la prevención, la promoción del sexo seguro, el autocuidado, la educación y el empleo de test rápidos para detectar nuevos casos, deja abiertos, a nuestro juicio, flancos que también deben abordarse con celeridad y decisión.

Como se sabe, un estudio de la Universidad de Chile estableció que el total de personas diagnosticadas hasta 2017 supera en 96% la cifra de años anteriores, de lo que dicho Ministerio desprende que el número de infectados podría superar los 100 mil, de los cuales al menos 40 mil ignorarían su situación. Aspecto todavía más grave de esta estadística es que el mayor número de casos estaría en el rango de entre 15 y 25 años de edad.

Lo anterior revela la falta de preocupación con que los chilenos enfrentan la enfermedad y también la clara ineficiencia de las campañas publicitarias desarrolladas desde los 90 para alertar sobre los riesgos del VIH y las formas de prevenirlo. Prueba de ello es la última Encuesta Nacional de Salud (ENS), en que sólo el 17,2% de los consultados reconoció haberse realizado el examen de VIH el último año, casi 10 puntos menos que en el 2010, donde el 28,8% admitió haberlo hecho.

Si bien el plan emprendido por el Gobierno, es a todas luces necesario, toda vez que también aumenta la cobertura de tratamiento y la entrega de medicamentos mediante centros de manejo de la enfermedad, ello está básicamente en el ámbito de las medidas curativas, que son la última fase de la situación sanitaria. Creemos firmemente que en esta iniciativa debiera abordarse el cómo la sociedad asume la sexualidad de las personas, las costumbres de éstas, su cultura y, esencialmente, el déficit educacional que existe respecto de ésta y otras enfermedades que derivan de la esfera sexual.

Gracias al plan gubernamental probablemente habrá avances significativos en la detección de la enfermedad, en su tratamiento y en la mejor sobrevida de los pacientes, pero no tendremos una real mejoría si no nos enfocamos seriamente también en la educación, en especial en las aulas y en el hogar, de modo de consolidar un modelo de sexualidad responsable que en un futuro de mediano y largo plazo redunde en una reducción de la estadística negativa.

Más allá de las cifras, creemos que hay una emergencia mayor en lo que respecta a corregir la falta de sensibilidad de la sociedad por la calidad de vida del hombre actual, por su soledad espiritual y la falta de solidaridad que se expresa en la nula preocupación por el sufrimiento de los demás hasta que no le toca sufrirlo a uno mismo.

Invitamos al Estado a incorporar urgentemente programas educacionales en forma efectiva y con contenidos en estas materias, así como planes de difusión que no solo incluyan a los medios de comunicación sino que llegar también a los lugares de trabajo, estudio, esparcimiento y transporte público.

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