Opinión

Ahorro forzado

Por: Diario Concepción 14 de Septiembre 2018
Fotografía: Diario Concepción

Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Seguramente muchos saben que el poder central usa de fusible el presupuesto de las regiones y a través de retenciones y fondos de reserva, nos restan recursos sin expresión de causa y al parecer sin ningún derecho al pataleo.

Un buen ejemplo es el Fondo de Apoyo Regional -FAR- “que compensa” a las regiones por el gran gasto que se ejecuta en el Transantiago. Su base está en las leyes 20.378 y 20.696 y tenia por objeto invertir en grandes proyectos de desarrollo, de infraestructura, transporte público, modernización y otros; y además un programa de apoyo a los servicios de transporte público en ferrocarriles.

Desde hace un tiempo se escuchan voces, interesadas en quitarnos recursos, que denuncian que las regiones no hemos sabido utilizar estos dineros y los hemos dedicado a cualquier cosa (que la ley permite) y no al transporte, sin entender que el FAR pasó a ser un fondo muy importante de recursos de las regiones (casi el 30% de lo que una región recibe) y por la larga lista de espera de proyectos que normalmente triplica los recursos que administra y autoriza el Gore en un año normal, era de esperar que los recursos terminaran en el gran bolso a disposición de lo que el Core autoriza.

Pero este caso desnuda asuntos más graves de lo que las regiones deciden hacer con los escuálidos recursos que la capital se digna a entregarnos.

Ningún programa se entrega en su totalidad ya que el poder central en todos o casi todos crea una provisión para entregar a las regiones supuestamente mas eficientes o a las que tienen emergencias. En el caso del Fndr un 10% queda dando vueltas y los fondos para emergencia terminan en una subsecretaria. Los fondos de convergencia, los programas de agua, de residuos, de energía, etc. son retenidos básicamente para mantener el control que el poder central quiere mantener de las regiones y así sostienen este penoso besamanos que alcaldes e intendentes deben soportar.

En el caso del FAR ocurre algo mucho mas complejo. Por años se han estado guardando parte de fondos sin entregárselos a las regiones. No solo dejan provisiones para después repartirlas como fondos afectados, sino que desde que partió el sistema, la entrega a regiones ha sido menor que los ingresos del fondo, y en 5 años se acumularon reservas por más de $232.000.000.000 de pesos (doscientos treinta y dos mil millones) al final del 2017, y el proyecto del 2018 era acumular 100 mil millones de pesos más.

No reparten la totalidad a regiones sabiendo la cantidad de proyectos por financiar y prefieren dejar los fondos en depósitos a plazo. ¿Habrá una explicación razonable para esto? ¿Ocurrirá lo mismo con otros fondos que guardan dinero en depósitos mientras el país se endeuda para el gasto corriente?

En plena discusión del presupuesto 2019 convendría que los parlamentarios revisen más en detalle todo esto.

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