Opinión

Ecosistemas para la innovación

Por: Diario Concepción 19 de Agosto 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Christian Schmitz Vaccaro
Rector Universidad Católica de la Ssma. Concepción

La innovación y el emprendimiento (i+e) son dos importantes vías para impulsar el desarrollo de los países. A nivel mundial se han conformado diversos polos logrando resultados exponenciales, y las regiones de Chile no deben quedar fuera de esta tendencia.

En este sentido, innovar y emprender no solo requieren de energía y talento individual. Creatividad, talento empresarial, espíritu colaborativo y sentido social, pueden formarse, incubarse y obtener resultados escalables cuando existe un contexto o “ecosistema”, conocido como la triple o cuádruple hélice, que implica el trabajo transversal y coordinado del Estado, universidades, empresas y de la sociedad civil en pro del establecimiento de una conciencia y cultura de innovación.

Regiones como Bío Bío y Ñuble, donde se encuentran universidades e industrias, cuentan con una muy base tradicional y consolidada. No obstante, debemos avanzar en diversos desafíos, tal como lo grafica el reporte regional del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2016- 2017. Así, se hace necesario abordar la i+e como un ciclo, que necesita la presencia activa de distintos sectores, públicos y privados, para que este ciclo se complete de manera productiva y virtuosa.

Las Universidades tenemos la capacidad de ser un gran aporte en ese ciclo. En la Universidad Católica de la Santísima Concepción, por ejemplo, hemos conformado en los últimos años sistemáticamente, un ecosistema cuya lógica se basa en el trabajo interdisciplinario y práctico de estudiantes y académicos.

La articulación de distintas etapas del proceso de i+e, se aborda por siete unidades y centros, entre ellas la Oficina de Transferencia Tecnológica (OTTUCSC), que proveen apoyo efectivo desde la generación de ideas por parte de estudiantes o de conocimientos investigativos de los académicos; su evaluación, realización de ensayos y elaboración de prototipos, hasta la implementación o transferencia del mismo conocimiento, considerando asimismo la formación de emprendedores, el acompañamiento de emprendimientos nuevos o ya establecidos, y la creación de redes, en un ambiente interdisciplinario, asociativo y colaborativo.

Ecosistemas con equipos de personas que dialogan desde miradas tan diversas como las ciencias exactas, la tecnología, las humanidades, la economía y las artes, buscando en conjunto soluciones creativas para problemas concretos del sector productivo, son imprescindibles para promover la cultura de i+e. Como Universidad estamos conscientes que día a día se generan conocimientos que deberían encontrar directa y naturalmente una utilidad para la humanidad, aplicándolos a las problemáticas. Esperemos que el avance de los ecosistemas de i+e haga finalmente innecesario “transferir” esos conocimientos a la sociedad.

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