Opinión

Caballeros, especie en vías de extinción

Por: Procopio 17 de Julio 2018

En el campo de batalla tomo una descripción del caballero Godofredo de Charny, en 1352, quien se queja de “soportar el calor, el frío, el ayuno, trabajar arduamente, dormir poco y hacer largas guardias”. Más encima tenían que mostrar valor y energía al estar bajo la inamistosa mirada de los jefes, que nunca faltan. No es de extrañar que muriesen jóvenes, ocupados como estaban rara vez rescataban a damiselas en dificultades y muchos morían en la ruina, un historiador rudamente comenta que se la pasaban la mayor parte del tiempo no en busca de aventuras sino de ingresos para poder mantener juntos el cuerpo y el alma.

No se podía contar con torneos en las grandes ligas, con generosas recompensas al ganador, a los campeones que, con nombres atractivos, como el Caballero Negro o Antolín el del arremangado brazo, que además de llevarse para la casa la más bonita de la fiesta, se llenaban de oro las bolsas, por lo demás aquello de los torneos no fue popular hasta fines de Edad Media.

Tampoco era cierto lo de las armaduras refulgentes, usaban más bien unas cotas de malla bastante feas, con una sobrevesta encima y un casco lo más parecido al diá- metro de la cabeza, sobre un gorro achochado nada de sentador. Las armaduras aparecieron más tarde y en cualquier caso, un caballero común no habría podido financiarlas, ya que podían costar como hoy un automóvil de alta gama.

En los tiempos actuales los caballeros, un tanto disminuidos, tienen problemas de parecida naturaleza, mutatis mutandis, con las vestimentas y las demandas de sus labores, el costo de mantener los caballos de fuerza, para peor, las características convencionales de los caballeros están en plena fase de análisis, el sistema está en evidente proceso de remodelación.

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