Opinión

Contactos cercanos de cualquier tipo

Por: Procopio 16 de Junio 2018

En el regreso del primer viaje de Cristóbal Colón, había solo dos de las tres carabelas, la Santa María se quedó por allí, averiada sin remedio. El 1° de Marzo de 1943, llegó La Pinta a Bayona, comandada por Martín Alonso Pinzón, contentísimo por haber tocado tierra de vuelta antes que Colón, quien también  había perdido la primicia de ver tierra en el viaje de ida, antes que Rodrigo, un mozalbete insoportable de la localidad de Triana, sevillano, llamado en realidad Juan Rodríguez Bermejo, con ojos de lince.

Don Cristóbal llegó a Lisboa, en La Niña, unos días más tarde. Por su comportamiento, un tanto amarrete y abusón se había bien ganado varias enemistades y entre ellas la de Martín, quien trató de arruinarle la sorpresa a su comandante, llevándole la copucha a sus católicas majestades, pero entonces, no tanto como ahora, el protocolo no le dio la menor oportunidad, Fernando e Isabel esperaban noticias solo del almirante, no de cualquier aparecido con ganas de hacerse rápidamente famoso.

No les contaron a sus majestades que las enfermedades, para los españoles de poca monta, entre los naturales de las Indias que  no tenían historia inmunológica, resultaron gravísimas, los pobres pueblos originales frente a  esos agentes, enfermaron y murieron como moscas, de escarlatina, por ejemplo, que para ellos fue  letal.

En compensación, como justicia poética a la otra actividad de los descubridores, que era descubrir el otro camino a las indias, llegó a Europa la sífilis. El primer enfermo documentado y muerto por esa causa a poco de llegar a España, fue precisamente Martín Alonso Pisón, quien fallece en el monasterio de  La Rábida, en Palos. La entusiasta colaboración española al incremento demográfico del Nuevo Mundo, había presentado su primera boleta.

PROCOPIO

Etiquetas