Opinión

No es juego

Por: Diario Concepción 18 de Mayo 2018
Fotografía: Diario Concepción

Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Este es el juego: busque lápiz y papel.

Dibuje una matriz de 2 x 2. En la parte horizontal superior escriba: De quién es el dinero. En la parte lateral vertical escriba: para quien es el beneficio.

Ahora podemos jugar a gastar.

El cuadrante superior izquierdo, que llamaremos cuadrante I, corresponde a un gasto o inversión que efectuará con su dinero en su beneficio. Se entiende que esto es básicamente como las personas administran sus propios recursos en el diario vivir. En el supermercado comparan precios, buscan las ofertas y se dan gustos cuando existe una buena relación precio/beneficio, aquí operan la maximización de beneficios y el gasto eficiente.

El cuadrante inferior izquierdo, en número II, es aquel donde el gasto se paga con su dinero, pero el beneficio se lo lleva otro. Los mejores ejemplos que he visto son los regalos de cumpleaños para familiares no muy cercanos, donde abundan las ofertas, las prendas fuera de temporada o de colores que nadie nunca se pondría, pero el gran detalle es el precio.

Ahora comienzan los problemas.

El cuadrante III, de la esquina superior derecha es un gasto que lo pagó otra persona, pero donde el beneficio lo recibe Ud. Créanme que de esto está lleno el mundo, y sobre todo cuando el que paga es el fisco o la billetera de la empresa. Aquí abundan los viajes, hoteles, viáticos, comilonas bien regadas y cualquier gasto en que el beneficiario pueda obtener grandes beneficios. Ya pensaron en el viaje del ministro (que debió ser cuadrante I), el Lexus o el TV de Cerro Castillo. Pero seamos justos, los viáticos en el anterior Gobierno llegaron hasta USD 800 por día de viaje y solo se bajó el 2017.

El último cuadrante es el más preocupante, el IV, donde paga Moya y el beneficio no lo ve el que hace el cheque. Aquí funciona el presupuesto público y la calidad de los gastos e inversiones que ejecutan. Obviamente un buen gobierno siempre tratara de ejecutar el gasto eficiente y reducir los déficits ya que ese indicador es siempre bien evaluado en las elecciones. Para eso hacen leyes y reglamentos para compras públicas y se construyen bases de licitación para lograr competencia real.

Existen varios problemas: la realidad y la captura que hacen los grupos políticos para sacar algún beneficio directo del gasto e inversión. Los cortes de cinta y el clientelismo podrían ser vistos como males menores, e incluso la patética entrega de canastas familiares a nombre de la autoridad de turno. Pero en muchos casos la falta de control lleva directamente a tratar de pegar algún manotazo a este gasto descontrolado.

Nuestro presupuesto llega ya a 65.000 millones de dólares y creciendo. Es hora de que hagamos este cuadrito más seguido y se refuercen los controles en los cuadrantes III y IV como única forma de que este estado grande y gastador sea más eficiente.

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